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A José Bono

Usted debería estar dando explicaciones ante Fiscalía y hete aquí que Fiscalía considera que he de ser yo quien haya de darlas. Una pérdida de tiempo y una forma de dilapidar el dinero del contribuyente. Es el mundo del revés.

Ni a usted, ni a ningún español, se le oculta que el ministerio fiscal depende jerárquicamente del Gobierno y que el Fiscal General del Estado es nombrado por el Gobierno, lo que convierte a Fiscalía en mera proyección del ejecutivo y no en instrumento independiente del Judicial. No es que nuestra Fiscalía esté politizada, ni que esa politización sea en el momento presente manifiestamente socialista, es que no puede ser de otra manera porque ese es su Estatuto.

Sólo esa tremenda perversión hace inteligible que la Fiscalía esté actuando como abogado defensor suyo y en vez de investigarle a usted, como sería lo lógico y lo pertinente, se dedique a perseguirme a mí a lo Dreyfuss por unas afirmaciones en las que, ante el cúmulo de indicios, ante sus clamorosos olvidos patrimoniales, ante su abrumadora acumulación de riqueza desde la política, ponía en duda su honradez y establecía que "la Fiscalía es ciega respecto al PSOE y el problema es que nadie va a investigar, no va a haber ningún fiscal en Castilla-La Mancha que investigue". El tiempo me ha dado la razón, incluso más allá de lo previsible, porque si bien la ceguera de la Fiscalía es manifiesta, usted la sirve de lazarillo y ella actúa a su dictado.

Porque de considerar usted que le había injuriado, lo cual es falso, y quedará en evidencia, lo razonable y lo justo, en mi opinión, es que usted hubiera contratado un abogado, de su bolsillo, y me hubiera presentado una querella. Pero usted ha seguido una senda tortuosa, situando a la Fiscalía en una posición de descrédito público.

Usted presentó un escrito el 12 de abril de 2010 al Fiscal General del Estado, que ha sido nombrado por el Gobierno de su partido, y que ha tenido actuaciones tan vergonzosas e hirientes para el Estado de Derecho como la sostenida durante todo el tiempo que duró la primera negociación (ahora estamos en la segunda), en la que Cándido Conde-Pumpido situó en entredicho el imperio de la Ley y dio vacaciones al Estado de Derecho. En ese escrito usted concluye aseverando que "una de las más vergonzosas formas de corrupción es difamar y poner en cuestión la honorabilidad de las personas honestas". Dejo al margen la insufrible estupidez buenista de la frase, sólo superada por aquello de que, en calidad de ministro de Defensa, usted estaba más dispuesto a morir que a matar. La corrupción, como tal, es enriquecerse utilizado el cargo público y lo demás son monsergas. La corrupción empobrece a las sociedades, estafa a los contribuyentes y deteriora la democracia.

Como era previsible, la Fiscalía, que depende orgánica y jerárquicamente del Gobierno de su partido, le ha hecho a usted caso en todo, no le ha investigado a usted ni lo más mínimo, faltaría, y se ha puesto a amedrentar a periodistas que, a la luz de los indicios, hemos dudado de su honradez (la honestidad se refiere a otras materias distintas de las económicas, aprenda usted vocabulario, por favor).

La Fiscalía, que depende orgánica y jerárquicamente del Gobierno de su partido, despacha por el artículo 33, por ejemplo, en contestación a los escritos presentados por el Partido Popular, las aseveraciones del constructor Francisco Hernando, El Pocero, de que, en una peculiar ´cultura de lo gratis´, usted no pagó un solo euro de las obras realizadas por su empresa Onde 2000 en la ostentosa Hípica Almenara, sino que le eran sufragadas por empresas anunciantes que, curiosamente, en gran número, habían tenido un inusitado interés en anunciarse, con tarifas elevadísimas, en su Hípica de usted, ¡dado el macroimpacto publicitario! Usted ni tan siquiera pagó los materiales. No puso un euro. Negocio redondo.

La Fiscalía podía, por ejemplo, haber solicitado a Hípica Almenara su contabilidad porque, a lo mejor, usted no ha puesto un euro en ninguna de las obras realizadas. Pues no. La Fiscalía simplemente indica que "tampoco han quedado acreditadas las imputaciones que se efectúan al denunciado (usted) en su relación con las actividades empresariales llevadas a cabo por el constructor Francisco Hernando. En cuanto a las obras que dicha persona realizó para la Hípica Almenara S.L. nunca la empresa que las realizó ha mantenido que existiera trato de favor en la ejecución de las mismas". Y "tampoco ha quedado demostrada actuación irregular alguna del denunciante respecto a las obras realizadas por dicho constructor en la localidad de Seseña". He conocido formas más elegantes y elaboradas de dar carpetazo. ¡Así actúa la Fiscalía española, orgánica y jerárquicamente dependiente del Gobierno del partido socialista!

Mire, señor Bono, a usted, en el fondo, la Fiscalía le ha hecho un flaco servicio, porque lejos de despejar dudas y sospechas sobre su honradez y el origen de la acumulación de su impresionante patrimonio, no ha hecho otra cosa que acrecentarlas. Sus explicaciones, señor Bono, no son convincentes, están llenas de lagunas y a usted no le salen las cuentas. Sólo la Fiscalía, que depende orgánica y jerárquicamente del Gobierno del partido socialista, cree en su honradez a pies juntillas.

Yo no, desde luego. A la luz de la magnífica investigación periodística llevada a cabo por el diario La Gaceta.

Y a su misma trayectoria. En 1980 usted declaraba a la prensa local llevar una vida austera y tener en los bancos 57.000 pesetas y por todo patrimonio un piso en Albacete, diez hectáreas en Salobre y un reloj marcha ´Chopar´, que "me regaló mi padre cuando me dieron el acta de diputado". Hasta el año 2000, tiene usted una proyección lógica. Declara ingresos de algo más de 17 millones de pesetas anuales, y la posesión de un piso en Toledo, casa en Olías del Rey y apartamento en Madrid, con un crédito hipotecario de 12.500.000 pesetas. Su entonces esposa cobraba 2.923.180 pesetas anuales como funcionaria del PSOE. El saldo medio en cuentas bancarias de ambos, en régimen de gananciales, era de 2.349.903 pesetas. Ahorros magros que no hacían presagiar su rápido enriquecimiento.

Desde ese momento, usted deja de pertenecer a la sufrida clase media para dar el salto a multimillonario. "Los Bono tienen seis millones (de euros) en patrimonio", titular del diario Público (2-5-2010), que, usted, con su frivolidad acostumbrada, no tildará de extremaderecha. Subtítulo: "Desde 2000 han adquirido 9 viviendas, un local y 16 hectáreas". Sobre esas hectáreas se eleva Hípica Almenara y el local es la impresionante sede de la joyería Tous que usted, a nombre de su hija pequeña, tiene en Albacete. Desde que usted pasó el Rubicón para nadar en la abundancia, usted y su familia se han dotado de un entramado de empresas: Hípica Almenara SL, Familiares Saja y Attack 84.

A la Fiscalía le parece todo normal, pero a mí no, para nada, y estoy seguro de que tampoco a la mayoría de los españoles, y de los castellano-manchegos.

Cuando usted ha sido presidente de una autonomía en la que uno de sus hombres de confianza, el señor Hernández-Moltó, ha abierto en Caja Castilla-La Mancha un agujero descomunal que se nos ha obligado a rellenar a todos los contribuyentes españoles, o cuando se han perpetrado, con el notorio favor político, negocios tan ruinosos como el aeropuerto de Ciudad Real; cuando usted montó en falso un escándalo con las subvenciones del lino, arruinando a sus agricultores, no se está para pedir explicaciones, sino para darlas; se está para abandonar la vida pública, que es lo que debería hacer, porque lleva usted mucho tiempo sobrando en ella.

A usted le han ido muy bien las cosas, la verdad, mientras su partido se ha dedicado a arruinar a los españoles y a los castellano-manchegos; usted nada en la abundancia, mientras su partido ha llenado las listas de paro y los comedores sociales.

Usted, además, ha cometido y está cometiendo un error de diagnóstico. Usted demuestra tener una pérdida completa del sentido de la realidad. Usted, señor Bono, ya no tiene capacidad de controlar la situación, que hace tiempo le desbordó. Su cacicato prepotente ha muerto. Usted es un cadáver político, como el conjunto del partido socialista y el 28 de noviembre en las elecciones catalanas se abrirá paso esa evidencia, que es ya un clamor en las calles de España, en boca de ciudadanos a los que su partido ha llevado a la angustia y al borde de la indigencia. Usted está amortizado. Usted pertenece al pasado.

Usted podía haber disfrutado de su exuberante patrimonio abandonando discretamente la escena, pero lo ha querido todo y eso le ha perdido. Y usted lo sabe. Usted no va poder mantener al dictado y bajo su influencia a los poderes del Estado, porque va perder el poder. ¿Por quién suenan las campanas? Por usted, señor Bono. Y por otros como usted.

Señor Bono, usted no va poder tener a su servicio la Fiscalía por mucho tiempo más. Pero, en su fatua arrogancia, ha prestado usted un importante servicio a la causa de la libertad en España. Usted ha ido contra la libertad de expresión, mas forzando a la Fiscalía a ponerse en evidencia ha dejado claro que es imprescindible una regeneración profunda del Estatuto del ministerio fiscal, que lo ponga al servicio de los ciudadanos –quienes, por cierto, pagamos los sueldos de los fiscales con nuestros impuestos- y no al del poder político, que sirva para perseguir la arbitrariedad de los poderosos y no para protegerlos.

Usted, por decirlo muy caritativamente, es un tipo muy peculiar de católico que vota a favor del aborto. Pues recuerde que, como indica el Evangelio, todo secreto será desvelado.

Ya le anuncio que se ultima una querella contra usted.

Usted, señor Bono, no se va a ir de rositas.

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