sponsor

Cambiar tamaño del texto


Sports

Tamaño del texto: 10 12 14 16 18

AMBOS NECESITAN CREAR SU PROPIA MARCA

Trinidad Jiménez versus Tomás Gómez: ¿Cómo se fabrica un líder?

Trinidad Jiménez versus Tomás Gómez: ¿Cómo se fabrica un líder?

@Ana I. Gracia.- 11/08/2010 (06:00h)

Ganar unas elecciones y dirigir un ministerio son cosas tan diferentes como que alguien sueñe con ver enfrentados en una misma cancha a Nadal contra Gasol. Dos atletas de excepción, pero cada uno en su terreno.Lo mismo ocurre en política. A falta de 42 días para que se celebren primarias en la Comunidad de Madrid, ni Trinidad Jiménez ni Tomás Gómez tienen tiempo que perder para preparar su particular combate por alzarse con el poder del Partido Socialista Madrileño (PSM). Zapatero no debería fiarse de las encuestas que aplauden el buen hacer de Trinidad Jiménez en Sanidad. No tiene nada que ver con dirigir la Comunidad de Madrid.

Santiago Ortega, director de Asuntos Públicos de MAS Consulting España, diferencia funciones. “En un ministerio se valora la capacidad gestora y para dirigir una comunidad autónoma se requiere la capacidad para ilusionar”. El experto reconoce que el índice de conocimiento y la valoración de un político juegan a favor en unas elecciones, y ahí radica la principal ventaja de haber ocupado una cartera ministerial antes de iniciar una campaña. Pero Ortega insiste en que unas elecciones y un ministerio son dos deportes distintos. “Uno se juega en la carretera y en los medios y el otro en las cámaras y las salas de reunión”. En uno, el rival tiene nombres y apellidos, y su meta es derrotar al adversario. “En el otro prima la necesidad de buscar o escenificar el consenso”.

El problema, o la suerte, es que no todos los políticos valen para ser líderes. ¿Qué tiene que tener un candidato? Los expertos en comunicación política hablan de la construcción de un “candidato-marca”. Si es un desconocido para el público en general, la imagen no se asocia a la persona, sino al partido y a su líder nacional. Como van las cosas en el país, a Zapatero no le interesa vender el partido. Sí al candidato. Por eso coloca a Trinidad Jiménez, que ya toreó en una plaza con uno de los miuras más populares de la oposición. En la campaña contra Gallardón por el Ayuntamiento de Madrid en 2003, Jiménez no consiguió el triunfo. Pero la ocasión le vino bien para explotar su capacidad para conectar con la gente y vender una imagen desenfadada. “El detalle de la chupa de cuero la hizo portada de todos los grandes periódicos nacionales. La acercó a la calle”.

Ortega está convencido de que Zapatero quiere sacar provecho del carisma de Jiménez. “Las encuestas la avalan. Es una de las ministras mejor valoradas del Gobierno, pese al desgaste del partido, pero no es suficiente. No hay nada claro”. Después de la derrota contra Gallardón, ella no tiró la toalla. “Jiménez ha sabido crear y gestionar a su equipo, aprendió a escuchar las quejas de los ciudadanos para hacérselas suyas y presionar a la oposición. Una vez en el Gobierno, ha sido la primera en remangarse la camisa. El diálogo y el consenso que ha conseguido con las Comunidades Autónomas no lo ha conseguido ningún ministro de Sanidad anteriormente”. Tiene carisma, y eso enternece al pueblo. “Esa sonrisa que siempre ofrece al flash de una cámara es crucial para ganarse a la sociedad”. Pero insiste en que Gómez no tiene la batalla perdida.

Zapatero ganó gracias al 'No' a la guerra y el 11-M

¿Y cómo es Tomás Gómez? Cuenta con el apoyo mayoritario del Comité Regional que el pasado 20 de julio aprobó su gestión hablando de él como la persona que ha reconstruido la unidad del PSOE y ha dado un ejemplo de oposición en los 3 años que lleva al otro lado. ¿Lo peor? Pocos madrileños ponen cara a Tomás Gómez. No saben quién es y mucho menos lo asociarían con el alcalde más votado de toda España cuando estaba en el Ayuntamiento de Parla.

Ortega aconseja a Gómez que incluya en su discurso el mensaje que se quiera trasladar y marcar bien el terreno de juego en el que se pretende disputar el partido, al estilo de la chupa de cuero de Trinidad Jiménez o la niña de Mariano Rajoy. "Cualquier candidato que opte a ocupar el trono debe contar con un relato político bien montado”. “Zapatero ganó en 2004 con un relato claro: España era un país que se oponía a la guerra y que sufrió un terrible atentado. Su relato era más social que económico. Hasta que la crisis apretó tanto que la sociedad presionó y Zapatero no tuvo más remedio que dar un giro de 180 grados a su discurso”. Entonces aprovechó Rajoy, quien sacó de la chistera a una niña

El primer paso para la construcción de un líder político es definir su identidad, no falsearse, sino asentada en la realidad. El liderazgo político necesita una base, una sustancia, un contenido. "Ahí es donde Gómez puede hacer mucho todavía", comenta Ortega. Labor de los asesores es potenciar los puntos fuertes y mitigar las debilidades, pero las ideas y los valores importan demasiado. "Barack Obama es el gran ejemplo de cómo forjó una marca basada en dos ideas muy simples y sabias: cambio y esperanza", ejemplifica.

Un candidato en sí mismo no es bueno o malo. "Valdrá en función de cómo sea su adversario”, añade. Y en este punto, la candidatura de la ministra pierde atractivo. Ortega habla de una identidad basada en valores e ideas; un gran dominio de la comunicación oral; un lenguaje adaptado a los medios de comunicación; un proyecto político y, sobre todo carisma. Un carisma que Jiménez derrocha. “Pero hay que hacer un análisis individualizado de cada candidato, estudiar sus fortalezas y debilidades, y medirlas frente a las del rival”.

El rival, en última instancia, no es Jiménez ni Gómez, sino Esperanza Aguirre, "si damos por hecho que se va a presentar, porque ya sería la tercera legislatura y ella todavía no ha dicho que vaya a ser la candidata". Si finalmente Jiménez gana las primarias del PSM y Aguirre se presenta, por primera vez en la historia dos mujeres se disputarán una comunidad. "Y ésta, entonces, será otra historia".

Fashion