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Los escaños vacíos del Congreso de los Diputados.

EFE

José Bono echa la culpa a la prensa de la pésima imagen de los diputados.

Siempre hay que echarle al culpa a otros, lo que sí sabemos los ciudadanos de a pié es que el país no funciona, no se rinden cuentas y se asumen responsabilidades, y que esta casta política vive dentro del lujo a cuenta de todos.

¿Verdad o mentira?: Los diputados tienen prohibido por la Constitución trabajar tres meses al año

El presidente del Congreso: "La elevación a categoría de algunas anécdotas puede conducir a que los ciudadanos crean mentiras"

El periodista le pregunta a José Bono "¿Por qué los ciudadanos creen que los diputados tienen privilegios?" y el presidente del Congreso aprovecha para darle un palo a la prensa y suelta en mitad de la contestación que "la elevación a categoría de algunas anécdotas puede conducir a que los ciudadanos crean mentiras [sobre los diputados]."

Y añade: "Como por ejemplo, que el diputado que deja de serlo recibe una pensión vitalicia."

El tema de las pensiones y jubilaciones de los diputados, al igual que el resto de medios, lo trató Periodista Digital en un artículo titulado Usted tendrá que cotizar 35 años para cobrar un pensión; ellos, apenas siete, asunto que fue muy debatido en los foros del diario bajo el tema 'Lo que cobran los diputados y cómo lo camuflan'.

La respuesta completa de Bono, durante la entrevista realizada por Fernando Garea que este domingo publica El País bajo el título José Bono, presidente del Congreso: "El proceso a Garzón es un disparate" fue:

P. ¿Por qué los ciudadanos creen que los diputados tienen privilegios?

R. Porque algunos sólo saben de los partidos lo que les contaron en 40 años de dictadura. Si añadimos los errores cometidos por nosotros mismos y la elevación a categoría de algunas anécdotas puede conducir a que los ciudadanos crean mentiras, como por ejemplo, que el diputado que deja de serlo recibe una pensión vitalicia. Sólo 47 de 350 compatibilizan la actividad política con el ejercicio de cualquier otra profesión remunerada. Esa es la realidad. Desde el 1 de marzo pueden comprobarse en la web del Congreso las actividades de los diputados.

Antes, también había contestado al mismo tema --de hecho, la entrevista arranca y se centra en la mala imagen de los políticos y diputados, aunque luego el titular sea sobre Garzón--.

Pregunta. ¿Por qué hay desafección ciudadana hacia los políticos?

Respuesta. Los políticos somos un colectivo donde impera la regla de no perdonarnos ni una a nosotros mismos. No hay fallo o defecto de un político que no sea sabido, publicado o incluso exagerado. ¿Qué ocurriría con otros colectivos si se sometieran a esta misma prueba de máxima transparencia?

P. Pero es lógica esa transparencia ¿no?

R. Es lógica y es necesaria. No cabe quejarse. Al contrario, la transparencia produce el conocimiento de las excepciones, nos permite descubrir al deshonesto. Ahora bien, el borrón de uno no puede manchar todo y a todos. En España se generaliza mucho.

P. El colectivo está desprestigiado.

R. Desprestigiar a la política gratuitamente puede salirnos muy caro. Los diputados no somos ni más santos ni más demonios que la media de los españoles. Estoy convencido de que la realidad de los políticos es mejor que su imagen. Algunos reniegan de la política con afirmaciones como "yo no soy político" para congraciarse con gentes alejadas de la reflexión o de la democracia. Pero no debemos olvidar que todos los tiranos suelen asegurar que no son políticos.

Seguramente, como dice Bono, los diputados no sean "ni más santos ni más demonios que la media de los españoles".

Pero lo que es seguro es que no son como el resto de los españoles.

Y, como botón, una 'anécdota' más de esos privilegios de los parlamentarios.

El español medio tiene el mes de agosto de vacaciones. El resto del año tienen que ir todos los días al trabajo.

Los diputados también tienen ese mes de vacaciones... pero también enero... y también julio. Tres meses al año no van a trabajar --a las sesiones ordinarias del Congreso--.

Pero lo mejor de la 'anécdota' es que es la propia Constitución Española la que les da tres meses de vacaciones y que para que eso cambie hay que cambiar la Constitución, lo que sólo se ha hecho una vez.

La única modificación hasta el momento de la Constitución tuvo lugar el 27 de agosto de 1992 al añadir las palabras «y pasivo» en el artículo 13.2, con el fin de permitir a los extranjeros comunitarios ser elegidos concejales (y por ello también alcaldes) en las elecciones municipales, y así adecuar la legislación y los acuerdos de la Unión Europea.

En este caso, para que los diputados fueran algo más como el español medio y no tuviera 'obligatoriamente' tres meses de vacaciones al año, los propios diputados tendrían que ponerse de acuerdo para modificar el artículo 73 de la CE, que dice:

Artículo 73

1. Las Cámaras se reunirán anualmente en dos períodos ordinarios de sesiones: el primero, de septiembre a diciembre, y el segundo de febrero a junio.

Pero Bono también tiene respuesta para esto, tal como demostró en una rueda de prensa la semana pasada en Mérida.

"La Constitución Española impide que enero y junio formen parte de los periodo de sesiones ordinarios, pero hay quien interpreta que lo que hay es pura y simplemente la consecuencia del poco deseo de trabajar de los diputados.

Eso es rigurosamente falso; [por ello] no podemos contribuir a que la imagen errónea sea alimentada por un modo de actuar por nuestra parte errático"

Conclusión: la mala imagen de los diputados es porque los ciudadanos se creen las mentiras que cuenta la prensa al centrarse en cosas anecdóticas.

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