EL JUEZ RUZ ACORDARÁ LO QUE EL FISCAL LE PIDA
Torres-Dulce tiene en su mano que Rajoy declare por los papeles de Bárcenas
El fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce. (EFE)
El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, tiene en su tejado la pelota lanzada por las acusaciones de citar como testigo al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El juez que investiga el caso Bárcenas, Pablo Ruz, ha preguntado a la Fiscalía si debe atender esta petición. Si se mantiene la tónica habitual entre Anticorrupción e instructor, el magistrado acordará lo que el fiscal le pida y, por tanto, los movimientos que realice Torres-Dulce estos días son esenciales.
Tanto en el caso Gürtel como en la pieza separada que investiga las donaciones de empresarios y el pago de sobresueldos al PP, Ruz y Anticorrupción han ido de la mano. El juez ha evitado hacer ningún movimiento sin el apoyo del Ministerio Público. Al tratarse la Fiscalía de una institución jerarquizada, la decisión de citar a Rajoy pasará con carácter previo por las manos del máximo representante, el fiscal general, que a su vez mantiene informado de sus decisiones al ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.
A la espera de qué decisión adopta el Ministerio Público, fuentes fiscales muestran sus reservas a la hora citar a Rajoy en calidad de testigo una vez que el exgerente y extesorero de la formación que él preside, Luis Bárcenas, reconoció este lunes que le pagó sobresueldos. Por lo menos, según su declaración, le entregó 25.000 euros en 2010 y otros 20.000 euros en 2009. Asimismo, el imputado aseguró que en el momento de abandonar la tesorería del partido, hizo entrega tanto del dinero en ese momento recaudado de la caja B y la documentación de la contabilidad B a su sucesor, José Manuel Romay Beccaría, delante del propio Rajoy.
El problema de citarle a declarar como testigo es que está obligado a decir la verdad y, por tanto, ante preguntas de posibles cobros de sobresueldos y tratos de favor a empresarios a cambio de donaciones podría incriminarse. Por tanto, citarle como testigo es una aberración en sí, sostienen estas mismas fuentes. Sobre todo ahora que el propio Ruz ha requerido a la Agencia Tributaria que informe si tanto el PP como los dirigentes que aparecen como receptores de dinero en los papeles de Bárcenas han podido cometer delitos fiscales. El instructor pide que se ciñan a los apuntes desde el año 2007 en adelante porque lo anterior ya está prescrito.
En cualquier caso, Mariano Rajoy nunca podría ser citado a declarar en calidad de imputado porque, de tener sospechas de delito, el juez tendría que enviar una exposición razonada al Tribunal Supremo para investigarle allí por su condición de miembro del Gobierno. Lo mismo ocurriría con los posibles diputados nacionales incriminados y otros miembros del Ejecutivo. De todas maneras, en caso que finalmente Rajoy fuera citado a declarar como testigo, podría evitarse la imagen de entrar en la Audiencia Nacional porque la ley le permite responder a las preguntas por escrito y así no tendría que hacer el paseíllo ante los medios.
Cospedal como testigo
En el caso de la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, ocurre algo similar. El fiscal de Anticorrupción que lleva la pieza separada informó a favor de tomarle declaración como testigo para que explique el funcionamiento y el modo de proceder en las cuentas del partido. Sin embargo, el visto bueno a esta petición, solicitada por la acusación representada por Izquierda Unida, se hizo antes de que Bárcenas declarara y sostuviera que Cospedal cobró también 25.000 euros en 2010 y otros 20.000 euros en 2009. Asimismo, según el extesorero la presidenta de Castilla La Mancha habría recibido una donación de 200.000 euros de Sufy, una filial de Sacyr, empresa que posteriormente habría conseguido el contrato de limpieza de la ciudad de Toledo. De esta supuesta donación, Luis Bárcenas aportó un recibí al juez Ruz.
En una providencia dictada este viernes, Ruz pregunta a la Fiscalía si debe citar a los dirigentes que aparecen en los papeles de Bárcenas, tal y como piden las acusaciones, y le vuelve a preguntar por Cospedal. A pesar de que ya haya informado a favor de su citación, con las nuevas pruebas encima de la mesa podría haber un cambio de criterio para no perjudicarla al tener que hablar de hechos que podrían incriminarla. En todo caso, de mantener la citación y en el caso de que Ruz la estime, el interrogatorio debería ceñirse a su función como secretaria general y declarar improcedentes todas aquellas cuestiones que versen sobre el presunto cobro de sobresueldos por su parte.
Si la Fiscalía utiliza el mismo parámetro para estudiar la petición que el empleado con José María Aznar, se opondría a la petición porque ya señaló que no procedía citar al que fuera presidente del partido durante años al no ser un testimonio “útil o relevante para el esclarecimiento de los hechos”. Sin embargo, hay una diferencia sustancial. Los delitos sobre los que podría tener conocimiento Aznar están ya prescritos al abandonar la presidencia del partido en 2004, cuando fue sustituido por Mariano Rajoy.
