El Rábano por las Hojas
Jose Antonio Griñán será elegido hoy presidente de
la Jucínta de
Andalua con los votos de los
diputados del PSOE e IU que suman más escaños que el partido más votado
en las elecciones, el PP. Así funciona un sistema parlamentario. Sería
deseable que gobernase la lista más votada, pero las reglas de juego no se
cambian una vez empezado el partido y Javier Arenas perdió el Gobierno andaluz
cuando se quedó muy lejos de la mayoría absoluta.
Su investidura como presidente de la
Junta es una pésima noticia para Andalucía y para todos los españoles. La
catástrofe está en las consecuencias del acuerdo de socialistas y comunistas:
la perpetuación de un régimen corrupto que en los últimos 30 años ha situado a
Andalucía a la cola de todos los indicadores de prosperidad de la Unión Europea.
La tragedia es que los mismos gestores que han conducido a la región más poblada
de España a una tasa de paro que ya supera el 30% estarán, al menos, 4 años más
en el Gobierno.
El escarnio está en que los responsables
políticos del mayor escándalo de corrupción, el saqueo de los ERE, seguirán
administrando los bienes de los andaluces. El desastre está anunciado ya que
a este sombrío balance hay que sumar la entrada en el Gobierno de Izquierda
Unida con un enloquecido programa bolchvique plagado de medidas liberticidas
imposibles de cumplir que, de llevarse a efecto, retrotraería a Andalucía al
siglo XIX.
El discurso pronunciado por
Griñán este miércoles no ha sido precisamente tranquilizador. Un tercio de del mismo lo
dedicó a analizar el discurrir de la política europea. Cargó contra Merkel y su
estricto cumplimiento del déficit –«una Europa alemana siempre fue un desastre;
una Alemania europea, un éxito»– e insistentemente contra los
mercados en una intervención
que, por momentos, parecía más una moción de censura al Gobierno de Rajoy que
una sesión de investidura.
Griñán ha sido muy claro: seguirá malgastando el dinero público como lo ha venido haciendo hasta ahora. El punto álgido de la desfachatez llegó cuando se refirió al escándalo de los ERE. Con un antiguo compañero de gobierno en prisión y las citaciones para acudir a declarar como imputado sobre la mesa de la juez Aldaya para él y varios de los ex consejeros, Griñán presumió aún de la "rápida reacción"de la Junta que organizó el sistema.
Griñán ha sido muy claro: seguirá malgastando el dinero público como lo ha venido haciendo hasta ahora. El punto álgido de la desfachatez llegó cuando se refirió al escándalo de los ERE. Con un antiguo compañero de gobierno en prisión y las citaciones para acudir a declarar como imputado sobre la mesa de la juez Aldaya para él y varios de los ex consejeros, Griñán presumió aún de la "rápida reacción"de la Junta que organizó el sistema.
Rajoy tiene un problema con
Andalucía. Pero no lo
tiene como presidente del PP, por haber perdido las elecciones, sino como
presidente del Gobierno de España. En la Unión Europea y los mercados, no
importa si el incumplimiento del objetivo de déficit es responsabilidad directa
del gobierno de la Nación o de una autonomía. El desafío planteado por Griñán
pone a prueba la credibilidad de España y el Gobierno tiene instrumentos para
impedirlo. Si una autonomía no cumple debe ser intervenida.
¿Tendrá el honor Andalucía de ser la primera comunidad intervenida? No
cabrán titubeos.