ESPAÑA DRENA A CATALUÑA, ARTUR MAS EN EL PARLAMENT.
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El Alto Tribunal entiende que debe aplicarse a estos profesionales la limitación introducida el año pasado vía Real Decreto. La Sala Tercera sigue la tendencia de recortes que inició con los abogados.
El Supremo acaba de asestar un duro golpe a los procuradores cuyos honorarios podrán rebajarse en tasación de costas si su cuantía se demuestra “exorbitante”. En un auto pionero, el Alto Tribunal abre la puerta a limitar los derechos económicos de estos profesionales –fijados por arancel– si se demuestra que su importe resulta “una carga manifiestamente desproporcionada” para el condenado en costas.
La resolución se enmarca en una tendencia surgida en el último año en el que el Alto Tribunal está revisando a la baja los honorarios de los abogados. Ahora, les toca a los procuradores.
En el caso concreto analizado por la Sala de lo Contencioso-Administrativo, se ha rebajado la retribución del procurador de 106.769, 27 euros a 12.500 euros. También, la minuta del abogado se ha visto reducida de 243.576 euros a 25.000 euros.
La resolución, en este caso, favorece a la Administración que sólo deberá afrontar un coste de 37.500 euros en lugar de los 350.345,27 euros fijados inicialmente para resarcir a la empresa vencedora del litigio de los gastos de abogado y procurador originados en un pleito en el que estaba en discusión una multa de más de 50 millones de euros, finalmente anulada.
La Abogacía del Estado impugnó la tasación de costas practicada por el secretario judicial alegando que tanto los honorarios del letrado como los derechos del procurador eran excesivos. Exigía, por tanto, que los emolumentos del abogado no superaran los 8.000 euros, mientras que los del procurador no debían llegar a 300 euros.
Aunque el Supremo rechaza las cantidades propuestas inicialmente por la Abogacía del Estado, sí reconoce que tiene razón en cuanto a que lo minutado por ambos profesionales resulta desproporcionado.
Por este motivo, la Sala cree que “no hay razones válidas para que los derechos arancelarios de los procuradores queden eximidos de esta limitación”.
Frente a esta opinión, se alza el Consejo General de Procuradores cuyo dictamen fue requerido por el Supremo para resolver este asunto. Para la institución que preside Juan Carlos Estévez, el arancel es una norma de cumplimiento obligado que determina las retribuciones de los procuradores. Además, rechaza que la comparación entre el trabajo del procurador y el del letrado sea un criterio válido para poder introducir esa proporcionalidad.
El Supremo, sin embargo, echa por tierra todos estos argumentos y reduce el importe a retribuir al procurador a 12.500 euros, cifra equivalente a la mitad de los honorarios que finalmente cobrará el abogado.
Para el Alto Tribunal, resulta evidente que el Real Decreto–Ley 5/2010 “trata de evitar que la retribución de los procuradores en todos los procesos –no sólo en los concursales– sea manifiestamente desproporcionada”. Lo que implica, a su vez, que no cabe prescindir de la comparación con los honorarios devengados por el letrado. La consecuencia es que la aplicación del arancel entre procurador y cliente no tiene por qué ser trasladada de forma automática a la condena en costas.
Sin embargo, advierte de que su trabajo profesional venía facilitado por el hecho de existir una sentencia previa sobre una sanción impuesta a la misma empresa por hechos análogos. Es decir, que, de no ser por esa circunstancia, “el esfuerzo argumental del letrado” para defender la corrección jurídica de la sentencia de instancia hubiera sido mayor. Por este motivo, el auto afirma que la cifra de los honorarios deben quedarse en 25.000 euros, en vez de los 243.576 euros, reduciéndola a 25.000 euros.
CAMBIO HISTÓRICO DE TENDENCIA ELECTORAL
Malas noticias para el PSOE: 6.000.000 de votantes ‘neutrales’ huyen del partido
El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba (EFE). Alberto Mendoza.-
Las malas noticias se acumulan en la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba. Pese a sus esfuerzos por marcar la agenda política y lanzar propuestas para todos los sectores sociales, los estudios demoscópicos siguen constatando el desdén del electorado por la oferta socialista. El último dato procede de la Fundación Alternativas, un think tank próximo al PSOE, y resulta demoledor: los votantes sin adscripción ideológica, un 17% del total, han abandonado al partido de Rubalcaba, lo que supone un agujero de casi 6 millones de votos.
En contra de lo que pueda parecer, no se trata de un cambio de tendencia previsible, dada la actual situación económica y el auge del PP, sino de toda una revolución electoral en la historia de la España democrática. De acuerdo con el documento ¿Cómo votan los que no tienen ideología?, de los investigadores Álvaro Martínez y Lluís Orriols, es de la primera vez que los votantes no ideológicos se apartan del partido en el Gobierno.
“A lo largo de estas tres décadas de elecciones democráticas en España, los votantes sin ideología han apoyado mayoritariamente al partido en el Gobierno. Hasta fechas recientes, la mayorpropensión de los votantes no ideológicos a votar al Gobierno se trataba de una regularidad que ocurría con independencia del color político del Gobierno o de la coyuntura económica”, señala el informe, que prosigue: “No obstante, en los últimos años esta pauta, que parecía consolidada, ha sufrido un progresivo debilitamiento hasta desaparecer totalmente en el periodo 2008-2011”. Por ello, la investigación concluye que “en las elecciones generales del noviembre de 2011 el Gobierno no contará con el apoyo de los votantes sin ideología”.
Así, por primera vez desde el colapso de UCD en 1982, el partido en el poder sale a competir con la oposición sin una importante ventaja de inicio, la mayoría del 17% de la población que no declara afinidad ideológica alguna, pero que se decanta por quien ya está en la Moncloa. Las causas de este cambio radical en el comportamiento de voto pasan, según el estudio, por “la imagen de partido poco moderado y con una alta carga ideológica” que ha proyectado el PSOE, así como por la “imagen muy negativa” que la crisis económica ha dejado deJosé Luis Rodríguez Zapatero y de su Ejecutivo.
Este fenómeno comenzó a detectarse en los comicios de 2008. Entonces, Zapatero logró el apoyo del 47,17% de los votantes sin ideología, pero la diferencia con el PP se acortó notablemente. Esta situación representó un cambio de tendencia, ya que algo así no se había producido ni en 2004,cuando el electorado neutral se mantuvo fiel al PP, ni en los momentos más críticos para el PSOE. Tanto en 1993 como en 1996, Felipe González siguió contando con el claro apoyo de este sector del electorado.
Mujeres de mayor edad y con pocos estudios
La desconexión entre los votantes no ideológicos y Zapatero comenzó con la apuesta socialista por extender derechos civiles, abrir un proceso de paz con ETA o reformar los estatutos de autonomía. El PP logró que este electorado viera la agenda socialista como “radical” durante la primera legislatura, mientras que la gestión de la crisis ha hecho el resto durante la segunda. Según el estudio, “estos niveles de insatisfacción con el Gobierno entre los votantes sin ideología son excepcionalmente elevados”, incluso comparados con los que tuvo que afrontar el PSOE en el último periodo del mandato de González.
En cuanto a las características de este perfil sociodemográfico, la Fundación Alternativas ha identificado que está compuesto en su mayoría por mujeres mayores con pocos estudios. Por ello, “pensionistas y amas de casa están sobrerrepresentadas en este grupo”, en comparación con los votantes ideológicos. Asimismo, su interés por la información política es sensiblemente menor.
Por otra parte, este perfil implica también menos participación electoral, aunque en España los votantes no adscritos acuden a las urnas en mayor proporción que los europeos. Concretamente, el 67% vota de media en las elecciones, frente al 52% que se registra en la UE. La participación de quienes sí declaran tener ideología sube en España hasta el 82%.
En este escenario adverso, Rubalcaba tiene por delante la dura tarea de convencer a las bases del PSOE de que merece la pena respaldar de nuevo a su partido, pero también debe hacer frente a un obstáculo inesperado: recuperar a buena parte de los electores sin ideología que han reaccionado contra el Gobierno de Zapatero. De ello depende el resultado del 20-N.