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Ingeniería en Telecomunicaciones | Inventan un dispositivo para disminuir tamaño de las antenas de telefonía

La compañía Alcatel-Lucent presentó hoy en Londres un dispositivo capaz de sustituir las funciones de una antena de telefonía móvil con un tamaño de apenas unos centímetros y un peso de 300 gramos.

El Rey y el marqués de Villar Mir

Jesús Cacho

El  presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir (EFE)

El presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir (EFE)

“La destacada y dilatada trayectoria de don Juan Miguel Villar Mir al servicio de España y de la Corona merece ser reconocida de manera especial, por lo que, queriendo demostrarle mi Real aprecio, vengo en otorgarle el título de Marqués de Villar Mir para sí y sus sucesores, de acuerdo con la legislación nobiliaria española. Dado en Madrid, el 3 de febrero de 2011”. La sorpresa se adueñó del Elenco de Grandezas y Títulos Nobiliarios Españoles cuando, al día siguiente, se conoció la decisión de Juan Carlos I de embellecer el currículum del dueño del Grupo OHL. El celoso y selecto club nobiliario español, siempre dispuesto a la crítica soterrada con un Rey que desde la Restauración de 1975 ha “pasado” ampliamente de sus Pares, ha tardado varios días en reponerse de ese pintoresco título otorgado al tiempo a Vicente del Bosque, y sigue preguntándose perplejo qué motivos han aconsejado la concesión del marquesado al acaudalado empresario. “Supongo que le habrá hecho más de un favor”, aseguraba días atrás un Grande de España, “pero por la misma razón debería hacer a Florentino Marqués de Pérez, y lo mismo al resto de ricachos madrileños”.

No han sido uno sino muchos los favores dispensados por Juan Miguel Villar Mir (JMVM), 80 años el próximo septiembre, a Juan Carlos de Borbón a lo largo de las últimas décadas. Príncipe incierto en el tardofranquismo y después Rey sometido a los vaivenes de los poderes fácticos, militares por supuesto, tras la muerte de Franco, el Monarca, apodado el Breve por la única fuerza política organizada, el PCE, en vida del dictador, necesitó del favor de algunos hombres importantes dispuestos a sostener la Institución en la sombra hasta transformar tal brevedad en largueza, nada menos que 35 años ya. Uno de esos hombres clave tras las bambalinas de nuestra historia reciente fue Emilio Botín-Sanz de Sautuola y López(1903-1993), padre del actual presidente del Santander, cuyo importante papel en la transición sigue siendo ignorado por el gran público.

Fue Botín II quien regaló un millón de pesetas de la época a un Juan Carlos recién casado conSofía de Grecia, para que los novios pudieran financiar la vuelta al mundo que emprendieron como viaje de bodas, porque el joven Príncipe no disponía de ese dinero. En realidad no tenía donde caerse muerto, de modo que Don Emilio hizo más, le fue haciendo una cartera de inversiones capaz de soportar el entonces nada ostentoso tren de vida de la pareja. Todo lo cocinaba el banquero y todo eran sorpresas para un Príncipe que paulatinamente iba descubriendo “sus” inversiones y que, en lugar de alegrarse, protestaba porque “no le gustaba tal o cual empresa…”, en palabras de un testigo de la época. El recuerdo de aquellos años de penuria, asociado a la escasez heredada de su padre, el conde de Barcelona, llevó a Juan Carlos a la subliminal emulación de la conocida frase de Scarlett O´Hara en Lo que el viento se llevó: “A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre…”

El banquero cayó de inmediato fulminado por los encantos del ingeniero, su mente cartesiana, su rapidez analítica, su ingenio, su chispa. Su inagotable capacidad de trabajo. Un tipo singular, casi un “hijo espiritual” para Botín II

De acabar con las miserias se han encargado en las últimas décadas muchos hombres con posibles, algunos más importantes que otros: Botín II en los primeros tiempos; Alfonso Escámez (presidente que fue del Banco Central) después; Mario Conde más tarde; Alberto Alcócer en fecha más reciente. Y siempre Manolo Prado y Colón de Carvajal como administrador (“intendente real”) y comisionista de lujo. Otros muchos han desfilado de forma más o menos constante –caso de Javier de la Rosa- por la Zarzuela ajustando los radios de la rueda de la notable fortuna que hoy atesora el Rey, pero ninguno lo ha hecho de forma tan discreta como Villar Mir, un hombre que, a tono con el impresionante currículo académico que le distingue, ha demostrado su talento huyendo siempre de los focos, siempre amparado en la sombra. A diferencia de tantos otros personajes rehenes del virus de la fama, JMVM sació su apetito de popularidad con una breve estadía, apenas seis meses, como vicepresidente Económico y ministro de Hacienda de Arias Navarro, primer Gobierno de la Monarquía, año 1976. A partir de aquella experiencia, decidió retirarse a la cartuja donde se pergeñan los grandes negocios lejos de testigos incómodos.

Ya antes de su fugaz paso por la política le había conocido Emilio Botín López. El banquero cayó de inmediato fulminado por los encantos del ingeniero, su mente cartesiana, su rapidez analítica, su ingenio, su chispa. Su inagotable capacidad de trabajo. Un tipo singular, casi un “hijo espiritual” para Botín II. Fue él quien lo recomendó a Juan Carlos y quien de forma paulatina lo fue metiendo en Palacio casi con calzador. El patronazgo del banquero sobre JMVM llegó a ser casi absoluto. Se vio con claridad con motivo de la privatización, año 1986, de la división inmobiliaria de Rumasa, el imperio expropiado a Ruiz-Mateos por Miguel Boyer, 10.500 millones de las antiguas pesetas en juego, donde el empresario competía con Gerald Ronson, (Grupo Heron). Don Emilio quiso poner paz y forzó una cena en la mansión del nuevo marqués en Puerta de Hierro: “Tenéis que poneros de acuerdo”. El ágape, del que fue testigo el también ex ministro Alberto Oliart, hoy presidente incorrupto de TVE, terminó como el rosario de la aurora.

Una fortuna cercana a los 6.000 millones de euros

El británico acudió al día siguiente a contarle a Botín el final de la aventura: “los puentes han saltado por los aires”, lapidaria frase que éste ratificó con un resignado “me lo temía”, agua destilada del profundo conocimiento que el cántabro había ido haciendo de un hombre cuya agresividad, cuya dureza a la hora de cerrar un trato, a menudo no ha conocido prejuicio ni norma moral en cuyo altar sacrificar un buen negocio. “Eso sí, si ganáis la operación la tenéis que hacer con el Santander”, pidió el banquero. Como tantos otros empresarios de éxito, como uno más de los Florentinos que pueblan la piel de toro, JMVM es un convencido de que en España todo el mundo tiene un precio. No lo tuvo fácil con el Gobierno de Felipe González. A Ronson se lo dijo Claudio Boada, a la sazón presidente del Banco Hispano: “A Juan Miguel los socialistas no le darán nunca ni agua”. Felipe, muy crítico con su pasada gestión al frente de Hidronitro y Altos Hornos de Vizcaya, lo consideraba un ejemplo de especulador, un cazador de gangas sin escrúpulos, engalanado por la prensa bobalicona de “reflotador de empresas en crisis”, y otrosí opinaba su ministro Solchaga.

La división inmobiliaria de Rumasa fue para Heron, y Villar se dejó en el camino los 23.000 millones de beneficios fiscales, auténtico meollo de la operación. No importa, el señor marqués ya estaba levantando una fortuna con la compra-venta de empresas en crisis y negocios inmobiliarios varios, de la mano de su socio José Luis García-Villalba, ingeniero de Caminos también, recientemente fallecido. Tras dar en 1987 el gran salto con la adquisición por una peseta de Obrascón, que más tarda fusiona con Huarte y Laing, origen del Grupo OHL, JMVM aparece en diciembre de 1993 en el balance del Banesto expropiado con créditos por importe de 17.500 millones de pesetas que él y su mujer habían avalado con su fortuna personal –indicio de la fortaleza ya del grupo familiar- y que sin embargo el Banco de España dio como fallidos. Un chollo para Emilio Botín Ríos, Botín III, que cobró por partida doble: del FGD que dotó esos créditos, y del propio JMVM que los pagó religiosamente.

Emilio Botín y Don Juan Carlos charlan amistosamente (EFE)

Emilio Botín y Don Juan Carlos charlan amistosamente (EFE)

Hoy la fortuna del empresario ennoblecido, centrada en el grupo que lleva su nombre –con negocios de energía, siderometalurgia, fertilizantes, construcción e inmobiliario- ronda los 6.000 millones de euros, un billón de las antiguas pesetas. Solo OHL vale en Bolsa 2.400 millones de euros. Argumentos más que sólidos para un marquesado, en la mejor y más antigua tradición borbónica de ennoblecer a empresarios y banqueros. En 1789, mientras en Francia la Revolución se disponía a conducir al patíbulo a Luis XVI, en España Carlos IV convertía en conde al francés Francisco Cabarrús, fundador del Banco Nacional de San Carlos, precedente del Banco de España. De aquellos años procede el condado de la Reunión de Cuba o el marquesado de Santa Rita, ejemplo de burgueses que, enriquecidos en las Antillas, fueron ennoblecidos por decreto tras poner sus fortunas a los pies del Rey. En 1829, el pérfido Fernando VII hacía marqués de las Marismas del Guadalquivir al financiero de origen judío Alejandro Aguado. El entonces ministro de Hacienda, Luis López Ballesteros, aconsejó aludir en la carta ejecutoria a los “enormes recursos económicos aportados por Aguado para el fomento de la agricultura y la industria”, eludiendo el más pedestre argumento de los servicios pecuniarios prestados al Monarca. Más o menos como ahora. Pura tradición borbónica.

Trasiego de comisiones

JMVM es uno de los hombres que más ha ayudado financieramente al Rey. En los últimos tiempos el Grupo OHL se muestra particularmente activo en las monarquías de la península Arábiga y el Golfo de Pérsico, donde Juan Carlos I es considerado como un hermano. Este mismo mes, el grupo se ha adjudicado en consorcio un contrato en Kuwait por importe de 645,5 millones. Más importante es la construcción y explotación de la línea de alta velocidad Medina-La Meca en Arabia Saudí -6.000 millones que OHL compartirá con Renfe y Adif-, obras todas en las que se suelen trasegar importantes comisiones. La relación es tan estrecha que Juan Miguel recogió en su seno en fecha reciente al responsable de relaciones con los medios de la Casa Real,Juan González Cebrián, un tipo de una pieza. Sellando el abrazo entre el empresario (que ha declinado atender las llamadas de quien esto firma) y Palacio está su yerno, Javier López Madrid, un ex Goldman, hoy consejero delegado del Grupo, por quien JMVN siente una estima perfectamente descriptible. Casado con Silvia Villar-Mir, hablamos de un miembro destacado de la reducida pandilla de amigos de Felipe de Borbón.

En Zarzuela defienden el nombramiento. “Decir que el empresariado merece este tipo de distinciones es hoy algo obvio. En este caso se trata del más antiguo relacionado con las grandes infraestructuras que tenemos en España, a quien nos encontramos por todas partes cuando viajamos por el mundo. Un hombre de antiquísima amistad con el Rey y un ejemplo para todos, además, porque a su edad sigue plenamente operativo”. Operativo y con mando en plaza. Todo lo vigila, todo lo supervisa, todo lo decide, “porque, aunque mi carné dice que voy a cumplir 80, mi verdadera edad genética son 70 años…” Enérgico, duro, vital. Dispuesto, más Botín II que nunca, a seguir haciendo favores a quien le ha ennoblecido. Unidos ambos ya por una terca capacidad de lucha contra ese implacable tiempo biológico que urge la retirada. El uno al frente de la Dinastía, rechazando las presiones del Príncipe y su entorno para un traspaso ordenado de poderes; el otro descartando de plano ceder la dirección del imperio familiar a su hijo Juan Villar-Mir Fuentes. En la desierta plaza mayor española, he ahí dos hombres dispuestos a seguir manejando el timón. Dos resistentes.

El colectivo Masby acusa a Mariano Rajoy de ser un “traidor a España”

El colectivo Masby ha anunciado hoy su intención de “quitar la careta a Rajoy por traidor a España”, al impedir que “en sus taifas se estudie en español y por potenciar, allí donde gobierna, la centrifugación de la nación española”.

“Primero te pedimos ayuda, luego que despertaras y ahora que te vayas. Miles de militantes del PP están queriendo levantar el partido y España. Toda nación necesita un idiota y un gran estadista, el idiota ya lo tenemos, ahora nos falta el estadista”, añade la misma fuente.

La entidad que lidera Vicente Santacreu, colaborador y articulista de Alerta Digital, extiende sus críticas al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusa de colaborar con organizaciones armadas como Al Qaeda, a la que pagó rescate a cambio de la liberación de los tripulantes vascos del ‘Alakrana’. ·”Zapatero es el mayor opresor de las libertades ciudadanas en toda la historia moderna de España, además de ser responsable de la ruina económica del Estado y de millones de familias”, señala la pujante entidad civíl con sede central en Valencia.

Añade Masby que el presidente del ejecutivo es además condena “el promotor del Plan E, de Enfrentamiento entre ciudadanos fumadores, católicos, taurinos, inmigrantes, trabajadores, jubilados, perroflautas, sindicatos, autonomías, cejeros y borregueros”. Por último, Masby manifiesta su hartazgo hacia “la partitomierda de España”.

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Escudriñemos un poco más, el GAL, y el 11 M, Felipe Glez y Rubalcaba, comisaría de Santa Eugenia, la Mochila y quién la cogió, y porqué aparece el nombre del que estuvo de observador en la reunión de Ginebra, "Casualidad o simple continuidad".
Ya hay algún medio de comunicación que tiene un documento sonoro crucial que pondrá sobre la mesa la realidad de asuntos que muchos reptiles se han encargado de obviar o de desviar, la realidad es que a pesar del viento nuestro barco marcha a todo vela a favor del viento y con la brújula en su punto, las acciones gravísimas cometidas contra toda la ciudadanía propias de personajes sin escrúpulos de responsables polìticos que por mantenerse en el poder, fueron capaces de utilizar todo incluso vulnerar los derechos humanos más básicos; personajes que están en la esfera pública a pesar de no tener ni la conciencia ni las manos limpias.

La copla de los GAL: de por qué la gente quiere enterarse
La gaceta.

El ex presidente del Gobierno Felipe González sigue despertando los fantasmas del pasado. ¿Por qué ahora Amedo pretende reabrir la herida de los GAL? Porque nunca se cerró. Los españoles seguimos sin conocer la verdad de los policías que participaron en los GAL .

Felipe González continúa despertando los fantasmas del pasado. Una vez más, sin que nadie lo invite a la fiesta, en una nueva entrevista se introduce por los procelosos senderos de la guerra sucia y dice que él habría matado a los asesinos del atentado de Hipercor. Ésa es una rabieta de salón reservada a cualquier ciudadano de a pie pero no a un ex presidente que estuvo al frente del Gobierno más de 13 años y fue señalado como la X de los GAL.
Si González insiste en seguir por esa línea reivindicativa, lo tiene fácil: presentarse en la Audiencia Nacional y declarar ante los magistrados todo lo que sabe sobre ETA y la génesis de los GAL.
Como ha hecho el policía José Amedo.
El ex subcomisario, que pagó con la cárcel su entrega a la política antiterrorista de los Gobiernos de González, ha pedido su comparecer ante los jueces para testificar en el último sumario que sigue abierto sobre los GAL. Pero, después de varios meses, sigue pendiente de una respuesta oficial de la Presidencia de la Audiencia Nacional.
Tiene gracia. Un ciudadano, que ya ha cumplido todas sus causas pendientes con la Justicia
y que no pide ningún privilegio judicial, llama a la puerta de la verdad y, en lugar de ser recibido con los brazos abiertos, recibe el mismo trato que un apestoso. “Este tipo, cuanto más lejos, mejor”. La mayoría de los magistrados apuesta por el perfil plano, pero, en el caso GAL, si no se apuesta con redaños, le toman a uno el pelo. Y si no que se lo pregunten a aquellos fiscales y jueces, como Ignacio Gordillo y Javier Gómez de Liaño, que soportaron en sus carnes todo el peso de lavenganza del poder político por atreverse a limpiar la cal viva.Muchos de ustedes se preguntarán: ¿Por qué Amedo pretende ahora reabrir la herida de los GAL? Porque nunca se cerró y es higiénico para un país que las páginas de su historia reciente no se escriban en blanco. También está en su derecho: si participó en aquellos escuadrones de la muerte fue porque se lo pidió su Gobierno.
Eso es lo que el policía contestó al ministro Pérez Rubalcaba, cuando éste lo llamó delincuente, esgrimiendo en su defensa que cuando se sentó en el banquillo lo hizo siguiendo las directrices y estrategia del Gobierno socialista. Pero los españoles seguimos sin conocer la verdad absoluta de Amedo y del resto de los policías que participaron en los GAL.
Primero, porque desde el inicio de las investigaciones el subcomisario de Bilbao se sometió a la versión del Gobierno, negándolo todo, actitud que también le favorecía a él, hasta que fue condenado a 108 años, y después porque es libre de hacer lo que le plazca. Incluso aunque esa libertad pueda estar preñada de rencor o venganza. La frase lapidaria de las novelas negras de que la venganza es un plato que se sirve frío es tan lícita como entendible en el caso de Amedo.
¿Cómo reaccionaría usted si un día su Gobierno le pide que tire del carro para acabar con ETA y le convence de que la mejor solución es el tiro en la nuca, como hacen los terroristas, después un juez lo detiene y lo mete en la cárcel, un tribunal lo condena a 108 años de cárcel, soporta el oprobio popular, le promete el indulto para que se coma el marrón y luego se lo escamotea, le abre una cuenta millonaria con fondos reservados en Ginebra y más tarde se la birlan, le retiran todos sus derechos como ciudadano y, para colmo, cuando está rehaciendo su vida, llega un ministro, con quien encubrió durante años codo con codo la responsabilidad socialista en los GAL, y le llama delincuente?
Amedo ni es una ursulina ni un querubín y su participación en la guerra sucia contra ETA fue aseverada con abundantes pruebas, cuestión que él tampoco niega, pero resulta poco gratificante que uno de los suyos –copyright, Uno de los nuestros, de Scorsese– , a quien ha ayudado a sortear la verdad, le llame delincuente desde la atalaya de la dignidad. ¡Manda huevos! -copyright, Federico Trillo–. Rubalcaba poco o nada tuvo que ver con el huevo de la serpiente de los GAL, pero sí tuvo que verlo todo con la operación de encubrimiento desplegada desde La Moncloa entre 1993 y 1996.
Que se lo pregunten a dos funcionarios del Cesid, ahora CNI, al comandante Jambrina y al general Madrigal. Primero a Jambrina,
el fustigador de Perote, que departía asiduamente con los responsables del gabinete de crisis del palacio presidencial. Un palacio del siglo XVII, reconstruido por los condes de Monclova donde habitan los espíritus y fantasmas acumulados durante tres siglos. Debajo de las alfombras, hoy día todavía pueden encontrarse restos de ectoplasmas felipistas.
De aquel comité de sabios monclovitas surgió la brillante idea de enviar a la cárcel de Guadalaja las cámaras de TVE para que Julián Sancristóbal sobreimpresionara la X de los GAL con una supuesta Z, responsable de un supuesto complot político. Aquella mamarrachada ocupó la apertura del telediario de las nueve de la noche por decisión de María Antonia Iglesias, entonces directora de los Informativos de la televisión pública.Poco duró tan endeble argumento porque Sancristóbal optó por disparar hacia arriba y acusar a Vera y Barrionuevo de estar al tanto y autorizar el secuestro de Marey. El ex director de la Seguridad del Estado renunciaba a ser otro chivo expiatorio y a ser engullido por la razón de Estado. El scoop televisivo quedó registrado en las videotecas como uno de los sucesos más deleznables en la historia de la televisión.Pero los cañonazos monclovitas no terminaron ahí. Poco después, TVE le cedió una cámara a Narcís Serra para que zarandeara a su antojo a los periodistas que habían desvelado las escuchas del Cesid. Según el vicepresidente, otro de los integrantes del gabinete de crisis, todo se debía a una confabulación de los reporteros, pero semanas después se vio obligado a dimitir, junto con el ministro de Defensa, García Vargas, y el director de los Servicios Secretos, Emilio Alonso Manglano. Estaba claro que todos ellos se veían desbordados por el peso de las pruebas acumuladas por los reporteros de investigación.
El propio Amedo, que siempre tuvo muy presente aquel aserto de Napoleón III de “quien sirve a un Estado sirve a un ingrato”, también guarda un amplio dossier, epistolar y sonoro, sobre los desechos de los GAL. Uno de ellos es una lista con los nombres de todos los generales de los grupos antiterroristas, que, ya en 1994, se lo facilitó al entonces notario mayor del Reino Juan Alberto Belloch, pero que no figura en ninguna causa judicial abierta contra los GAL.
Por no aparecer no aparece ni en el expediente iniciado por el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, contra altos cargos de Interior. Amedo ha comentado a sus allegados que el magistrado, en su día, no quiso saber nada de aquella lista. Creo que coincidió con el viraje político del superjuez, cuando decidió presentarse a las elecciones generales como número dos de la lista de González.
En aquella época pude echarle un vistazo a aquel documento que Amedo puso en manos de Belloch para recordarle que su Gobierno había contraído el compromiso de concederle el indulto, pero tengo el convencimiento de que jamás fue incorporado a ninguna causa judicial. Pero ahora sí podría ser adjuntado a ese maldito sumario que sigue abierto en la Audiencia Nacional.
El añorado Manuel Vázquez Montalbán en el prólogo “Viaje a la cheka democrática”, del libro El origen del GAL, que firmé a medias con Antonio Rubio, mantiene: “... el intelectual orgánico colectivo del PSOE se negó a hacer lo que hubieran necesitado realmente la izquierda y la sociedad democrática en su conjunto: una autocrítica de la evidencia de que la democracia española había construido sus chekas y en ella se había torturado y asesinado”.
Y concluye: “...
conduce a la pregunta, todavía sin contestar, de por qué el Gobierno de Felipe González ascendió a general al coronel Rodríguez Galindo y, como en la copla de la Piquer... del porqué de este porqué, la gente quiere enterarse”.

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Publicado por José Carlos: para La verdad en tu asesoria EIA el 2/13/2011 06:58:00 PM

PORCELANOSA COSTEÓ UNA GALA EN LONDRES CON EL PRÍNCIPE CARLOS DE INGLATERRA

El empresario que pagó la hípica de Bono agasaja ahora a su hija en el palacio de Buckingham

El empresario que pagó la hípica de Bono agasaja ahora a su hija en el palacio de Buckingham

José Bono y su hija Ana en una imagen de 2009 (Gtres). @Alberto Mendoza / José L. Lobo.- 1

Porcelanosa, la empresa que financió parte de las obras de Hípica Almenara, el hipódromo propiedad de José Bono, agasajó la pasada semana a una de las hijas del presidente del Congreso con una lujosa y exclusiva gala en el palacio de Buckingham. Ana Bonoformó parte de la comitiva de la firma azulejera, que, encabezada por Isabel Preysler yCayetana Fitz-James, duquesa de Alba, disfrutó en Londres gratis total de una velada organizada por el príncipe Carlos de Inglaterra a beneficio de su fundación Children and the Arts.

El viaje y la estancia en la capital británica de la hija de Bono fueron enteramente costeados por Porcelanosa, según han confirmado a El Confidencial fuentes cercanas al político socialista. Esta invitación se suma a otros generosos regalos del dueño de la firma castellonense, Manuel Colonques, al presidente del Congreso y su familia, como el patrocinio del lucrativo hipódromotoledano o un crucero de lujo a Nueva York.

Ana Bono participó en la fiesta del heredero de la Corona británica y su esposa, Camilla Parker, junto a personajes habituales de la prensa rosa española, entre ellos Cayetano Rivera,Eugenia Martínez de Irujo, Javier Fitz-James, María Chávarri, Luis Alfonso de Borbón,Nuria Fernández-Tapias o la ya citada duquesa de Alba. Todos ellos bajo la batuta de Preysler,embajadora e icono del imperio Porcelanosa.

Reforzar la imagen de marca

La gala en el palacio de Buckingham, residencia oficial de la reina Isabel II, fue amenizada con un concierto de la Orquesta Filarmónica de Londres y estuvo animada por los actores Jeremy Ironsy Rowan Atkinson. Con este tipo de eventos, Carlos de Inglaterra agradece las donaciones para su fundación de empresas y particulares, que a su vez aprovechan la velada para reforzar su imagen de marca. Porcelanosa, según las fuentes consultadas, corrió con todos los gastos de Ana Bono, Preysler, la duquesa de Alba y el resto de la comitiva española.

La empresa azulejera, sin embargo, rehusó ayer responder a las preguntas de El Confidencial. Uno de sus directivos, José Pascual, se limitó a señalar que trasladaría el cuestionario -que le fue enviado, a petición suya, por correo electrónico- a Colonques. Pero ni el presidente de Porcelanosa ni el propio Pascual quisieron explicar a este diario por qué invitaron a la hija de Bono al palacio de Buckingham y pagaron los gastos de su viaje.

Porcelanosa abonó en 2004 obras por importe de casi 300.000 euros que una empresa del constructor Francisco Hernando, El Pocero, llevó a cabo en Hípica Almenara. El presidente del Congreso posee el 80% del hipódromo, mientras que Ana Bono y sus tres hermanos se reparten el 20% restante.

Un portavoz de El Pocero -promotor de la macrociudad levantada en Seseña (Toledo), sin agua ni servicios, con la aprobación de la Junta de Castilla-La Mancha entonces presidida por Bono- reconoció en 2010 que Hernando realizó obras en la pista de saltos de la hípica y reformas en las gradas para el público, además de remodelar el alcantarillado y el aparcamiento y levantar estancias para los empleados del hipódromo. Una parte de la factura -284.000 euros- fue pagada por Porcelanosa.

El ascenso social de los Bono

El posado de Ana Bono en el último número de la revista Hola, retratada en los salones del palacio de Buckingham durante la gala ofrecida por Carlos de Inglaterra y parcialmente costeada por Porcelanosa, constituye un paso más en la carrera de la familia Bono por ascender social y económicamente. El ex presidente de Castilla-La Mancha tejió desde la Junta, primero, y desde el Ministerio de Defensa, después, una trama de relaciones con constructores como El Pocero yRafael Santamaría. Mientras, su ex esposa, Ana Rodríguez Mosquera, se convertía en representante de la firma de joyería Tous y su hijo José cambiaba los estudios por la equitación.

La boda de su hija Amelia con el primogénito del cantante Raphael significó en 2008 la entrada por la puerta grande de Bono y su familia en las revistas del corazón. De esta forma, los Bono han podido codearse con figuras tan dispares como Carlos Baute, David Bisbal, Carolina de Mónaco, Carlota Casiraghi o el empresario Amancio Ortega. Precisamente el último acto social al que asistió el ya roto matrimonio Bono-Rodríguez Mosquera fue la boda del hijo del presidente de Porcelanosa, Manuel Colonques Sanz, en julio de 2010.

El valor de las cosas

La felicidad no está en los años, meses, en las semanas, ni siquiera en los días. Solo se la puede encontrar en los momentos. "Hoy es el mañana de ayer"

Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo, en Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio.

El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.

¿Dónde están sus muebles? - preguntó el turista.

Y el sabio, rápidamente, también preguntó: -¿Y donde están los suyos...?

¿Los míos? - se sorprendió el turista. ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!

Yo también... - concluyó el sabio.

"La vida en la tierra es solamente temporal... Sin embargo algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices."

"El valor de las cosas no está en el tiempo que duran sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables."

“¿Qué te pasa, Zapatero?”

José Antonio Zarzalejos

En el poder y en la enfermedad es el título de un ensayo sumamente interesante editado por Siruela en 2010. Su autor es el ex ministro laborista de Sanidad y de Asuntos Exteriores británico David Owen, cuya autoridad en el contenido de su libro viene avalada por su condición de médico neurólogo. La obra es larga y prolija (514 páginas) pero de enorme interés, porque analiza las enfermedades y desequilibrios de muy ilustres políticos -de Lincoln a De Gaullepasando por Churchill, Roosevelt, Nixon, Yeltsin y otros- en los que acredita padecimientos psíquicos y físicos en muchos casos desconocidos y en otros sólo sospechados. Por supuesto, algunas de esas enfermedades fueron dolosamente ocultadas como ocurriera muy singularmente con las varias que atenazaban a John F. Kennedy, relatadas también por Jed Mercurio -médico, militar y escritor- en obra recentísima titulada El adúltero americano, libro igualmente recomendable que en España editó Anagrama el pasado mes de septiembre.

A David Owen se debe la descripción de un desequilibrio emocional que padecen algunos políticos -el ejemplo más acabado habría sido el de la pareja formada por Blair y Bush a propósito de la guerra de Irak- que el autor denomina síndrome de hybrisy: consistiría en aquel que afecta a políticos que se emborrachan de poder, incurren en el iluminismo caudillista, son adulados por su entorno -no consentirían ser contradichos- y se perciben a sí mismos como imprescindibles para evitar una debacle de la nación o del pueblo que dirigen. Los afectados por esta enfermedad del poder creen acertar en todas sus decisiones y disponer de conocimientos ilimitados, lo que les hace levitar, separarse emocionalmente de la realidad en la que viven y anular a cuantos le rodean. En España, hemos nacionalizado la enfermedad de hybris -palabra griega que definía al héroe glorioso y ebrio de poder- por el más accesible de síndrome de la Moncloa.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (Reuters).

Cuando se trata de componer un diagnóstico de lo que sucede a José Luis Rodríguez Zapatero solo mediante la evaluación de síntomas externos hay que aproximarse mucho al concepto acuñado por Owen. Es muy probable que la sonrisa permanente del jefe del Gobierno, la facundia con la que se contradice al acometer reformas que le desmienten ideológicamente, la impostada seguridad con la que se pronuncia y, sobre todo, la arbitrariedad y desorden con los que gobierna, sean todos síntomas de una euforia patológica. El jueves, varios medios titulaban con la pregunta que le espetó Cayo Lara al presidente en la entrevista que mantuvieron el día anterior en la Moncloa: ¿Qué te pasa, Zapatero? Y es que la izquierda es ya incapaz de metabolizar la transformación del secretario general del PSOE.

La imprevisibilidad en la gestión política y la superficialidad intelectual y volitiva en el acometimiento de los asuntos públicos son, con la mentira y la simulación, los síntomas más elocuentes de los procesos de descomposición ideológica y ética

La imprudencia despótica con la que, por ejemplo, acordó el pasado lunes la autorización a la Generalitat de Cataluña para refinanciar su deuda, sin cálculo de las reacciones que se iban a producir en otra comunidades, suele ser propio de una inconsciente prepotencia. La facilidad con la que ha mutado de criterio respecto de las propuestas contenidas en el Plan de Competitividad del eje franco-alemán le proyectan como a un político que no se atiene a criterios coherentes en asuntos de máxima sensibilidad, en este caso afectando a los sindicatos con los que acaba de firmar un pacto (ASE). El estrés sostenido de reformas anunciadas y no definidas, como la de las Cajas de Ahorro, mina la moral colectiva sin ello parezca afectarle.

Pero todavía se dan algunos síntomas más peligrosos: el juego que se trae el presidente del Gobierno sobre si continuará o no al frente del PSOE y sobre si repetirá candidatura o renunciará a pujar por la jefatura del Ejecutivo, exhala un punto de crueldad, de divertimento perverso en la observación de cómo sus conmilitones especulan, porfían, compiten, temen o se alegran de que se vaya o de que permanezca. Seguro de estar gobernando para la historia y no para la sociedad española al futuro se remite el presidente en la mejor imitación de los caudillos, muy propicios también a crear enredos y a aplicar el principio de dividir para vencer. Hoy por hoy, en el PSOE nadie se fía de nadie; todos están contra todos y hasta su más próximo colaborador -el spin doctor de la Moncloa, Alfredo Pérez Rubalcaba- aparece desorientado y desubicado en el desarrollo de sus exorbitantes funciones.

Muchos dirigentes socialistas -en la Ejecutiva, al frente de Comunidades Autónomas, en el propio Gobierno- ofrecerían mayor certidumbre y rigor que Rodríguez Zapatero. Su gestión política produce auténtico vértigo si es observada con una cierta atención y competencia. Las cunetas de su trayecto en el poder están sembradas de cadáveres políticos, de ministros desautorizados y humillados, de intelectuales expulsados de su entorno alarmados ante el desbarre de un hombre que gesticula aparentando una falsa humildad y que exhibe el más taimado -por hostil- talante personal y político. El síndrome de hybristiene en Rodríguez Zapatero un paciente de libro. Así que resulta normal que Mariano Rajoy -que carece de cualquier sintomatología de morbilidad psicológica o física- sea percibido como un tipo extraño, funcionarial, falto de resolución y apagado. No siempre es posible competir con los políticos ebrios de poder, persuadidos de su infalibilidad, encomendados a la historia como juzgadora de sus actos, despreciativos de cuanto les rodea, resentidos con los que no le adulan y displicente con quienes lo hacen día sí, día también. Eso es, Cayo Lara, lo que le ocurre al inquilino de la Moncloa.

Estamos llegando al fin de su ciclo: nuestro presidente -nuestro es a fin de cuentas por decisión democrática- ofrece un perfil inquietante que encaja en la descripción del desequilibrio descrito por David Owen en su En el poder y la enfermedad. La imprevisibilidad en la gestión política y la superficialidad intelectual y volitiva en el acometimiento de los asuntos públicos -ambas características de los comportamientos de Rodríguez Zapatero- son, con la mentira y la simulación, los síntomas más elocuentes de los procesos de descomposición ideológica y ética. Esto sucede con el jefe del Ejecutivo español: en el alejamiento de la realidad se ha creado una virtualidad. En ella le está siendo perfectamente posible convertirse en el izquierdista más reaccionario y en elbuenista más perverso.

Iñaki Gabilondo, en un gesto de crítica independiente que le honra, declaró el pasado domingo en una entrevista en la Sexta que Zapatero era un hombre que minusvaloraba las dificultades y sobrevaloraba sus capacidades. Por eso, ya la ansiedad se generaliza en la tensa espera para depositar el voto en la urna. Aunque un tipo como Rodríguez Zapatero nos hará apurar el cáliz hasta las heces. Estirará su satrapía. Es la enfermedad del poder; es el síndrome de hybris.

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