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4 claves para ser un buen líder

Ante la pregunta recurrente de si el líder nace o se hace, Francisco Alcaide, experto en este tema, lo tiene claro: “El liderazgo es el resultado de la genética, la educación, la voluntad y la experiencia”.

Experto en liderazgo, Francisco Alcaide posee un blog que es uno de los más seguidos de España en el área de management y self-management. Profesor de Habilidades Directivas de la Nebrija Business School y autor de libros como “Coaching Directivo: desarrollando el liderazgo”o Fast Good Management”, Francisco Alcaide Hernández, experto en esta materia, nos da las 4 claves para ser un buen líder.

Ante la pregunta recurrente de si el líder nace o se hace, Francisco Alcaide lo tiene claro: “El liderazgo es el resultado de la genética, la educación, la voluntad y la experiencia”. Y desde aquí extrae 4 pautas fundamentales para llegar a ser un buen líder:

1. Genética: se estima que representa el 25% del total. Todos tenemos una predisposición natural hacia algo pero de esa cifra se concluye que el liderazgo tiene mucho más que ver con una personalidad moldeable que con una herencia inamovible.

2. Educación: este es un factor tremendamente importante. López de Arriortúa, uno de los directivos de referencia en la década de los noventa afirmaba que “el líder no nace, se forma, y desde la familia. Ahí es donde el germen del líder crece realmente; el 80% del líder viene de su familia”. Educar es algo así como enfrentarse a un bloque de mármol. Cada golpe de educación es una lección de formación.

3. Voluntad: Aunque la genética predispone y la educación condiciona, siempre existe un margen para la libertad individual de seguir mejorando. Dependiendo de los dos factores anteriores, el esfuerzo a realizar será mayor o menor, pero con voluntad y paciencia se puede mejorar mucho.

4. Experiencia: a liderar se aprende liderando, igual que a conducir se aprende conduciendo y a bailar se aprende bailando. Lo que hay que hacer es exponerse a la realidad, vivirla y sufrirla. La formación en habilidades directivas es necesaria pero luego hay que bajar a las trincheras sabiendo que el liderazgo es un proceso, no un estado, y que se cuece a fuego lento, nunca se acaba.

Los modelos de referencia en los que fijarse resultan vitales. Si uno tiene la suerte de contar con un buen jefe, ha encontrado lo mejor para su desarrollo profesional y personal.

Para ser un buen líder hay que estar motivado y es necesario creer en lo que haces. Sentirte satisfecho con la labor que desempeñas y saber que puedes lograr lo que te propongas es la clave de una buena estimulación. La motivación es emprendimiento; ganas por hacer cosas e ilusión por innovar.

Esa ilusión por crecer, esa “necesidad del reto” es inherente al ser humano, del entorno social en el que vivamos dependerá que se manifiesten estas ganas de mejorar o no. Un entorno que no favorece en el caso español. Hoy en día, la mayoría de los universitarios quieren ser funcionarios en la búsqueda de la seguridad y por el miedo al fracaso. La cultura predominante es la causante, y es que hoy fracaso es sinónimo de ridículo, cuando debería ser todo lo contrario. Fracaso es experiencia, y es esa experiencia la que te da fuerzas para asumir riesgos en el futuro. Unos riesgos que si los asumes de manera positiva, sin duda, te conducirán al liderazgo.

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