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Islandia se convierte en la primera democracia 2.0


Pues sí, parece que se puede, que #yeswecamp sin lugar a dudas, como lo demuestra la elaboración de la nueva Constitución Islandesa,

Lo informaban hace unas horas en The Guardian: Islandia, con la misma Constitución desde su independencia de Dinamarca en 1944 y el parlamento más viejo del mundo, inicia un proceso de reforma constitucional que merece, por el contraste, la ruptura con lo anterior, el calificativo de 2.0.

Nos preguntamos últimamente hacia dónde dirigir las reivindicaciones en las calles, la #spanishrevolution. Y para encontrar respuestas recuperamos una vez más las claves de la Inteligencia Colectiva, como las proyectábamos en Ted Moncloa hace pocos días.

Destacábamos el elemento organizativo, cómo sigue siendo necesaria la intervención de dinamizadores de comunidades, facilitadores, community managers o como queráis llamarles, en múltiples sectores y como expertos en trabajo colaborativo, en intercreatividad, en inteligencia colectiva:

Captura

La imagen anterior nos servía en definitiva para defender un discurso que cada día tengo más claro: El papel del político debe evolucionar desde la representación a la dinamización, la gestión de la voluntad de un pueblo que puede manifestarse de una forma mucho más directa que nunca antes.

Así parece que lo ha entendido el Consejo Cosntitucional Islandés, que ha decidido involucrar a su comunidad, a su pueblo en cada aspecto de la creación del nuevo documento.

Recordemos además cómo la tecnología, la arquitectura de la participación que basa la red puede proporcionarnos herramientas de organización capaces de sustituir a las organizaciones.

Lo veíamos en los grupos de Facebook, lo que necesitaban las revoluciones en la web social y nos lo muestran hoy desde Islandia, con un website, una página en Facebook, una cuenta de Twitter, un canal en YouTube y una cuenta de Flickr como instrumentos auxiliares de la inteligencia colectiva para el redactado colaborativo, desde la metodología del mismo crowdsourcing que mantiene wikipedia o linux, del primer borrador de la primera constitución escrita por el usuario en Internet.

Como comentan en RWW, seguro que el proceso proporcionará a los islandeses un sentimiento de implicación y responsabilidad muy distintos de la sensación de alienación de los poderes políticos que provocó la conocida quiebra reciente de sus bancos. No es algo demasiado distinto de la indignación que vivimos aquí… si no fuese por los altos niveles de participación online que allí registran- La brecha de participación sigue siendo aquí una barrera importante.

En fin… quién sabe si no estaremos hablando, en el caso de Islandia, de un derecho histórico a ser la primera de las democracias 2.0 que están por llegar.

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