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La Guardia Civil usará la hiperlancha de los narcos.

Las operaciones contra los piratas del Índico figuran entre sus objetivos.

La mayor y más costosa embarcación capturada hasta la fecha a redes de transportistas de cocaína en Galicia ha pasado a formar parte de los medios tácticos de la unidad de élite operativa de la Guardia Civil. La espectacular lanzadera será utilizada por la Unidad Especial de Intervención (UEI) para actuar en operaciones de alto riesgo, como los asaltos de piratas a barcos de pesca españoles que faenan en el Índico.

La narcolanzadera, valorada en 1,5 millones de euros, de más de 18 metros de eslora y 2.100 caballos de potencia, provista de siete motores, cada uno de los cuales dispone de su propio ordenador de arranque, ha sido acondicionada en la base de adiestramiento de UEI en Valdemoro (Madrid), según fuentes de la Guardia Civil.

La Fiscalía Antidroga de Pontevedra entregó la lanzadera, apresada hace un año, tras la petición expresa formulada por mandos de la Guardia Civil. La lancha ha sido especialmente preparada para intervenir en actuaciones específicas, competencia exclusiva del citado grupo del instituto armado, que se encuadra en la Jefatura de Unidades Especiales y de Reserva de la Dirección Adjunta Operativa de la Guardia Civil.

Está previsto, incluso, el traslado aéreo de la lancha hasta su objetivo, aunque la potencia de la embarcación alcanza los 50 nudos de velocidad y ya le permitía a sus antiguos propietarios plantarse en medio del Atlántico en dos días y medio para recoger cargamentos de cocaína de los barcos nodriza.

Aunque muchas de estas costosas lanzaderas y planeadoras incautadas se acaban destruyendo porque su construcción es ilegal y carecen de documentación que permita al Estado reutilizarlas, ésta, sin embargo, tiene todos los papeles en regla. Fue construida en un astillero de Treviso (Italia). Su imponente casco, equipamientos de navegación, radares y sistemas de comunicaciones costaron más de un millón de euros. Sus tanques tienen capacidad para 18.000 litros de combustible.

El barco es la principal prueba de cargo contra uno de los más famosos capos y diestro piloto de planeadoras que operaban en la ría de Arousa, Manuel Abal Feijóo, Patoco, de 44 años, cuya fortuna aún se está investigando. Hace año y medio perdió la vida tras empotrar su potente moto contra un coche cuando regresaba a su casa de Cambados después de cerrar los detalles de un desembarco de cuatro toneladas de cocaína.

Meses antes de su muerte, en una de las 14 naves de seguridad que utilizaba la banda situada a uno de los márgenes del río Ulla, la lancha por fin fue capturada. Su tamaño y características sorprendieron a los investigadores. La nave fue precintada y la Policía tomó todo tipo de precauciones para que no pudiera ser utilizada. Aun así, los lugartenientes de Patoco consiguieron robarla para hacer un porte de droga, pero tuvieron que desistir en el intento.

El 12 de febrero del pasado año aparecía varada en una playa de Nigrán, con los tanques llenos de combustible, víveres para varios días y las cartas marinas indicando la posición del buque nodriza en alta mar donde iba a recoger la cocaína. Los grecos policiales se adelantaron a los narcos, que se pusieron en fuga al comprobar que los motores habían sido manipulados para impedir que pudieran utilizarse para navegar.

Barones y dirigentes del PSOE piden la cabeza de Pajín y un cambio de estrategia.

Barones y dirigentes del PSOE piden la cabeza de Pajín y un cambio de estrategia

La secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín.

La inquietud y el temor a una debacle electoral en las próximas elecciones autonómicas y municipales se está adueñando de las filas socialistas. Los malos datos de los sondeos que Ferraz maneja a nivel interno y otros síntomas preocupantes en la gestión del PSOE han puesto ya a la secretaria de Organización, Leire Pajín, en el centro de todas las críticas. La preocupación es de tal magnitud que destacados barones y dirigentes territoriales del partido han llegado a pedir esta misma semana su cabeza.

El malestar quedó reflejado en Ferraz a principios de esta misma semana en los corrillos y en las reuniones informales posteriores a la Ejecutiva Federal del PSOE. El descontento con la gestión de Pajín ha puesto a la secretaria de Organización en el blanco de todas las críticas y no son pocos los dirigentes que, a nivel interno, piden ya un relevo. Fuentes consultadas por este diario señalan también que el propio vicesecretario general del partido y ministro de Fomento, José Blanco, sería uno de sus principales adversarios y quien más está instigando las críticas contra ella.

En este sentido, la llegada del andaluz Gaspar Zarrías a la dirección del partido como secretario de Política Autonómica y Relaciones Instituciones se entendería como la llegada de un nuevo hombre fuerte a la estructura de Ferraz que compensaría los puntos débiles de Pajín. Algunos socialistas consultados por El Confidencial señalan, no obstante, el “llamativo protagonismo” político dentro y fuera del partido que Zarrías ha adquirido recientemente.

Los barones pedirán un adelanto electoral si se pierde Cataluña

Pero el miedo a una gran debacle electoral está impulsando también otros movimientos internos. Dirigentes del Partido Socialista y barones regionales se han dirigido también en los últimos días al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, para aconsejarle un anticipo de las elecciones generales con el fin de evitar lo que, creen, puede ser una gran derrota si Zapatero decide cumplir con el calendario previsto y convocar los comicios en marzo de 2012.

Fuentes internas de la Dirección socialista señalan que en ese sentido se han expresado ante Rodríguez Zapatero dirigentes de la llamada ‘vieja guardia’, como el propio Felipe González. Esa misma opinión la comparten viejos compañeros del ex presidente del Gobierno, como Alfonso Guerra, Carlos Solchaga, Txiqui Benegas y el comisario europeo Joaquín Almunia, y todo ellos le han hecho llegar su opinión al presidente Zapatero.

De hecho, Solchaga y Almunia coinciden en el análisis económico de la situación actual y creen que es muy difícil, por no decir imposible, que en 2012 la economía española se vaya a recuperar hasta el punto de hacer cambiar la actual tendencia de voto. Más bien al contrario, lo que prevén los economistas de las ‘vieja guardia’ es que el deterioro de la economía y del empleo se va a mantener en esa fechas hundiendo todavía más las ya negativas expectativas electorales socialistas.

Aunque el punto de inflexión se producirá en las próximas elecciones catalanas. Si se cumplen los pronósticos y el PSOE no puede revalidar el tripartito, entonces el clamor para que el presidente adelante los comicios se intensificará ante el miedo a nuevas derrotas en los grandes bastiones socialistas. Y es que en los sondeos de que dispone Ferraz se especula con la posibilidad de que el PSOE pueda perder dos o tres comunidades autónomas, entre ellas Castilla-La Mancha, Baleares, Asturias o Cantabria. Lo mismo ocurre en ayuntamientos. Importantes capitales de provincia, como Sevilla o Córdoba, podrían pasar a manos del PP después de muchos años de hegemonía de izquierdas.

Griñán y Barreda también reclaman elecciones

En esta misma línea se manifiestan también algunos de los principales barones socialistas, en especial los presidentes de las juntas de Andalucía y Castilla-La Mancha, José Antonio Griñán y José María Barreda. Ambos coinciden en que “Zapatero ya no es un activo electoral”, dicen estas fuentes, y lejos de ser una ayuda es “un problema” que afecta a sus intereses electorales, aunque la solución es distinta para cada uno de ellos.

Así, según estas fuentes, Griñán es partidario de que Zapatero adelante las elecciones a después de los comicios catalanes, con el fin de alejar lo más posible las elecciones generales de las que deben celebrarse en Andalucía en marzo de 2012. El sucesor de Chaves quiere agotar la legislatura con el fin de intentar dar la vuelta a las encuestas, pero para eso necesita que Zapatero ya no esté en el Gobierno de España.

En el caso del presidente castellano-manchego el interés no es el mismo. “Barreda necesita que sus comicios se celebren antes que las generales, es decir, en mayo de 2011”, pero al mismo tiempo cree que Zapatero no debería agotar la legislatura, por lo que pone como fecha previsible para las generales el final del verano o principios del otoño de ese año. Su opinión, sin embargo, es la minoritaria entre quienes defienden que no hay que agotar la legislatura. el confidencial

La Dolorosa de Moncloa

“No hay una sola reunión de gente del partido a la que asistas y en la que oigas hablar bien de Zapatero…” Curiosa situación la de un país acosado por una crisis política y económica de gran envergadura y atrapado al tiempo en la paradoja de dos líderes cuestionados, cuando no sencillamente vituperados, dentro de los partidos que dirigen y que deberían ser los llamados a sacar a la nación del atolladero. Como decía The Economist esta semana, “la mayor parte de los españoles no ven que la economía vaya a mejorar en el corto plazo. La fe en la clase política está tocando fondo. Los españoles ven ahora a los políticos como un problema mayor que su vieja pesadilla, el terrorismo”. Los nervios en el PSOE están a flor de piel. “El PSC tiene unas encuestas muy malas, con una abstención del voto socialista brutal. Las catalanas están perdidas, y el único activo que tiene ahora Zapatero en Barcelona es precisamente Montilla…”

Una situación semejante debería obligar al presidente a prescindir cuanto antes de alguno de los miembros del PSC que tiene en su Gobierno, para enviarlo a Cataluña. No son muchos. Como la situación es igualmente comprometida en Andalucía, con tendencia a empeorar, sobran voces cualificadas en el PSOE que hablan de la conveniencia de un adelanto de las generales, un movimiento, sin embargo, tan lleno de peligros para la carrera de ZP que en su entorno lo descartan de plano. Más cerca está la crisis de Gobierno. Algunos han jugado con la posibilidad de que ZP sorprenda esta Semana Santa a los cofrades con la pasión y muerte de Fernández de la Vega, la Dolorosa de Moncloa, que abandonaría la vicepresidencia primera. “Es verdad que dentro del engranaje de Presidencia, la vice es una rueda que ya no hace girar la máquina. Su relación es también pésima con la mayoría del Gabinete, excepción quizá de Chacón y Moratinos, y ello porque ha pisado demasiados callos. Pero yo no creo que haga crisis ahora, sino después de la presidencia de la UE, antes del verano en todo caso. Entre otras cosas porque el presi no sabría qué hacer con María Teresa… ¿Dónde la colocamos?”

El abanderado de la necesidad de hacer crisis se llama José Blanco, el hombre llamado a heredar la vicepresidencia primera, con permiso de nuestro incombustible Pérez Fouché Rubalcaba, presto a disputarle el honor, a pesar de no tener equipo ni haberlo tenido nunca. “La sensación generalizada es que el país está a la deriva”, asegura The Economist, y ello tanto en lo político como en lo económico, con un presidente que, cual náufrago aferrado a un tonel, necesita tiempo y algunos milagros. Su última gran operación mediática orquestada para dar sensación de actividad, los llamados Pactos de Zurbano, se han saldado con un mini paquete de medidas que están muy lejos de las grandes reformas de fondo que un líder consciente de su responsabilidad histórica debería haber adoptado ya hace muchos meses, y probablemente hace ya dos años. Para más INRI, ahora resulta que PP, CiU, IU y UPyD le niegan la foto, asunto de vital importancia para nuestro hombre.

La deuda de Zapatero con Florentino

“Zapatero no va a hacer el ajuste fiscal que necesita este país”, asegura un reputado economista madrileño, “y en estas circunstancias no es descartable cualquier desgracia a la griega. Mira, lo más grave de lo ocurrido aquí en las últimas fechas ha sido la decisión de Santander de pagar el 4% por los depósitos. ¿Qué significa eso? Que los mercados de capitales se pueden cerrar a cal y canto para el sistema financiero español, y que hay que acumular liquidez como sea…” En medio de la galerna que nos aflige, sin embargo, el señor Rodríguez tiene tiempo para ocuparse de pagar letras como la que tiene contraída con Florentino Pérez, presidente de ACS, nadie sabe a cuenta de qué, aunque todos lo sospechan. Años atrás, en la borrachera de dinero abundante y barato, tres grandes constructoras entraron de la mano del Gobierno en otras tantas empresas energéticas. Una de ellas pudo escapar de la aventura con grandes plusvalías, pero otras dos siguen atrapadas en la ratonera con grandes pérdidas, ¡oye, que tú me dijiste que invirtiera…! Y como hay que arreglar ese entuerto, el Parlamento, a iniciativa del PSOE, ha puesto manos a la obra para modificar una ley que permita a Pérez y Del Rivero hacerse con el control de Iberdrola y Repsol y sacar tajada. Fue ZP quien pactó directamente con Pérez la enmienda que lleva su nombre, destinada a acabar con las limitaciones al voto en la sociedades cotizadas, y ha sido Zapatero quien esta semana ha negociado con la muy acreditada Gestoría Durán i Lleida un aplazamiento del asunto. ¿Legislación con nombre y apellido? Más que eso: el presidente del Gobierno cuidando de la cartera de un grupo de menesterosos tan notorio como el citado Floro, los hermanos March y los primos Albertos, sus socios todos. Y en Sacyr, otro pobre de postín como Don Juan Abelló. La vieja y apestosa España de la corrupción perennemente renovada.

Lo que a ZP sí le ha empezado a funcionar es la comunicación. Se nota la llegada a la secretaria de Estado de Félix Monteira, el ex director de Público. La explotación por el Ejecutivo de la última mina que le ha estallado a Mariano Rajoy en su propia casa, Mayor Oreja, así lo acredita. Da la impresión de que en Génova y alrededores hay gente muy principal que no quiere que el gallego alcance La Moncloa y, en consecuencia, se dedica a poner palos en las ruedas de ese tren lento y parsimonioso y frustrante, pusilánime incluso, que pilota a la galaica manera el de Pontevedra. “Algo está pasando en el PP que desconocemos”, sostiene la fuente socialista, igualmente crítica con ZP, “pero dudo incluso que Rajoy llegue a ser cabeza de lista del PP, a menos que dé un golpe de autoridad”. Dos líderes más que discutidos al frente de los dos grandes partidos españoles, o la guinda de infortunio que acompaña a este país en una de sus horas más difíciles: un presidente rebasado por la importancia del reto que le ha tocado vivir y un líder de la oposición que no acaba de emerger como alternativa clara, privando así a tantos ciudadanos del confort que supondría saber que contamos con un relevo fiable a mano.

En Génova siguen aferrados a la vieja estrategia de “no ahondar en las heridas, no entrar de frente a las provocaciones. Aguantar, templar y, si es preciso, mirar hacia otro lado. Lo importante es volver a ese discurso centrado que da las mayorías porque, llegado el día, Mariano presentará su programa rodeado de un equipo a su medida”. Será el momento de ajustar cuentas, incluso con José María Aznar, un tipo que ahora utiliza su ascendiente en el partido como tarjeta de visita para sus negocios particulares, asunto que provoca la irritación de un Rajoy que, sin codearse con Florentinos, March o Abellós, sin ser un hombre del establishment madrileño, se ve obligado, de momento, a callar. Muy complicada tarea la suya: la derecha más rancia le exige que se exhiba cada día pica en ristre, cual caballero templario dispuesto a alancear sin piedad los desmanes del moro Muza leonés, mientras la más templada, esa derecha que aspira a hincarle el diente a las reformas de fondo que el país necesita, para hacer realidad esa España abierta y moderna tantas veces soñada, le pide claridad a la hora de desmarcarse de los Orejas de turno, al tiempo que le exige un discurso contundente en la denuncia de los casos de corrupción.

Y el silencio del PP en el caso Matas

Si la respuesta al primer asunto ha sido tibia, incluso en lo que Cospedal respecta, el silencio que el PP ha mantenido hasta hoy en el caso Matas está siendo francamente decepcionante. No es suficiente, señor Rajoy. A estas alturas no puede usted pedir a la gente que interprete sus silencios, esa ausencia de apoyo a un listo como Jaume Matas. Tiene usted que mojarse y enviar un mensaje claro de regeneración, de compromiso militante de lucha contra una corrupción convertida en la gran plaga de la España de nuestro tiempo. Ya no es tiempo para las componendas: tolerancia cero con los chorizos. Todo ello, naturalmente, en caso de que usted aspire a lograr el respaldo de los españoles. Son muchos los que quieren votarle, pero no están dispuestos a hacerlo en tanto en cuanto usted permanezca agazapado en su hura, rehuyendo salir a la calle a pregonar el discurso de regeneración que una buena mayoría está pidiendo a gritos. Porque para seguir como hasta ahora, para eso ya vale Zapatero.

De regeneración es el mensaje que el Tribunal Supremo ha enviado esta semana en el caso de Baltasar Querido Emilio Garzón, un juez cada día más cerca del banquillo, a pesar de la impresionante movilización en su favor urdida por el Gobierno y el grupo Prisa, un asunto que habla a las claras de la gravedad de la enfermedad moral española. Porque todo el mundo sabe de qué pie/s cojea el Campeador, pero como nos viene bien que siga, nos sirve con diligencia y es uno de los nuestros, hay que evitar a toda costa que lo juzguen, por graves que sean las causas que pesan sobre un hombre acostumbrado a ejercer la investigación penal a su antojo, en las antípodas de lo que Montesquieu definió como “un pouvoir en quelque façon nul”, es decir, un “no poder”, en tanto en cuanto la Justicia está sometida a la estricta aplicación de la Ley. Patética, por eso, la arenga el jueves, en el periódico habitual, de Araceli Manjón-Cabeza, la más estrecha colaboradora de Garzón y a quien Garzón utilizó con profusión en su día para captar información extrasumarial en el caso GAL, relatando el “clamor nacional e internacional sin precedentes que, aglutinando a juristas y no juristas, reclama que se vuelva a la cordura y que se aborte esta persecución, dirigida contra una persona, pero que tendrá demoledores efectos colaterales en la independencia judicial”. Justamente lo contrario, señora, de lo que piensan muchos españoles, para quienes la posibilidad de una Justicia independiente pasa de forma ineludible por la expulsión de la carrera de su querido Rey Baltasar. Fte Jesús Cacho.

Los etarras se movían con pasaportes venezolanos

28.03.10 - 01:00 -
El informe más extenso (28 páginas) y revelador es el del 10 de noviembre. Y el testimonio que más implica al Gobierno de Chávez es el de 'Patxo', a quien la Audiencia Nacional ya ha concedido el estatus de 'testigo protegido'. 'Patxo', en verano de 2007, era una suerte de 'chófer' de las FARC y, aunque en puridad no era miembro de la guerrilla, se movía con libertad por Venezuela haciendo encargos para ésta. Según su testimonio, él mismo recogió en el aeropuerto venezolano de Santo Domingo, «próximo a la localidad de San Cristóbal», a dos de los etarras que fueron instructores en la selva, 'Martín Capa' y otro al que reconoció ante los agentes españoles como Iñaki Domínguez Atxalandabaso, uno de los reclamados por la Audiencia Nacional.
Los dos, afirma el conductor, llegaron a territorio venezolano sin problema alguno. En su declaración aseguró que durante horas condujo a los terroristas, a los que describe con todo detalle, hasta la finca 'La Veremos', «donde se encuentra un campamento de las FARC».
Seis días más tarde, siempre por encargo de la organización colombiana, fue a recoger a ambos para llevarles a otra localidad venezolana, Santa Ana del Coro, en el estado de Falcón, desde donde debían partir para dar otro cursillo al 'frente Caribe' de las FARC. Y fue allí donde se relata el capítulo de los pasaportes. En una gasolinera a la entrada de este pueblo, «los dos miembros de ETA se bajaron del vehículo y saludaron efusivamente a Arturo Cubillas Fontán» (el etarra, también reclamado por la Audiencia Nacional, residente hace 21 años en Venezuela y que ha ocupado cargos de nivel intermedio en el Gobierno de Chávez) y otra persona que identificó como 'Gualdrón'. «Acto seguido -relata el dossier policial- Patxo vio cómo 'Gualdrón' facilitaba unos pasaportes venezolanos a los visitantes, devolviéndoles éstos los pasaportes que portaban en aquel momento».
Todo este episodio, según relató el chófer de las FARC, tuvo lugar en presencia de militares y miembros de los servicios secretos de Chávez, como recogía en su auto el juez Velasco. Los informes de la Policía afirman que «el grupo que les recibió (a los etarras y a Patxo) disponía de dos vehículos todo terreno con cristales oscuros (...) en un vehículo se introdujo Arturo Cubillas y el varón que llevaba el chaleco de la Dirección de Inteligencia Militar de Venezuela, mientras que en el otro vehículo, a modo de escolta, iban el grupo de hombres armados», al que el 'desmovilizado' y la Policía identifican como soldados de ese país latinoamericano.
Viajes a España
No era la primera vez que el Gobierno de Caracas ayudaba a las FARC con pasaportes verdaderos. 'Camilo', otro de los ex guerrilleros que coopera con la Policía en esta investigación y que asistió a ese curso, en el verano de 2007, impartido por 'Martín Capa' y Domínguez, explicó a los agentes que «estando en esa finca conoció a personas que viajaban a España para establecer contactos a nivel político y que para ello utilizaban documentación venezolana original con nombres falsos». A los terroristas colombianos «se les hacía aprender las costumbres propias del país (Venezuela) por si eran sometidos a preguntas y así no llamar la atención por el desconocimiento de la cultura de Venezuela», según se recoge en los atestados.
'Camilo' incluso detalló que uno de esos guerrilleros de las FARC, Edwin Uribe, 'Indio', «le contó que había viajado por España y había realizado un curso de instrucción militar, incluyendo el manejo de explosivos, de manos de la banda terrorista ETA».
'Camilo', al que Interior considera «fiable» porque su confesión permitió desarticular varios comandos de las FARC y evitar atentados, relató a los dos agentes españoles otro capítulo que, según los investigadores, afianza la supuesta connivencia de Caracas con aquellos etarras. 'Martín Capa', muy locuaz, se jactaba en público de sus contactos en el Gobierno venezolano. «Habitualmente los dos instructores de ETA vivían en la casa de la finca y estaban bastante protegidos por el 'comandante Pizarro', que no les solía dejar solos para que la gente no escuchase historias de forasteros. No obstante, pude hablar con ellos en los tiempos libres. A ello ayudó que 'Martín Capa' era bastante abierto, más que el joven (Domínguez), que era más reservado. 'Martín Capa' conocía perfectamente Venezuela, su geografía y la política interna, incluyendo a personas del Gobierno del presidente Chávez, de quien se mostraba ferviente partidario».
Conclusiones
El informe principal de la Comisaría General de Información de la investigación que instruye el juez Velasco en su apartado de conclusiones insiste en lo «llamativo» de las declaraciones que implican a agentes de la inteligencia del Gobierno de Hugo Chávez en esos encuentros con miembros de ETA y en el hecho de que Cubillas Fontán, a pesar de las dos reclamaciones judiciales que tienen en España, es en la actualidad director de servicios en el Ministerio de Agricultura de Venezuela. Pero para más allá del supuesto apoyo de Caracas a esos cursillos en suelo venezolano, para los servicios antiterroristas españoles hay un hecho fuera de toda discusión: ETA y las FARC llevan años colaborando en el plano operativo y lo han hecho recientemente.
«Existen relaciones que van mucho más allá de lo ideológico entre ETA y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (...) En este sentido, resultan muy abundantes los detalles que aportan los testimonios, en muchos casos coincidentes, y que parecen demostrar que ambas organizaciones terroristas mantienen regulares intercambios a nivel formativo, con vistas a mejorar y perfeccionar su acción criminal», afirman los documentos policiales con la información recogida por los agentes sobre el terreno.
Es cierto que siempre existieron la magia y las personas capaces de administrarla con buen e incluso con mal fin, seres con un conocimiento especial de ciertas sustancias naturales que cualquier sociedad primitiva respetaba y consideraba necesarios para la comunidad. Una sabiduría popular vinculada al paisaje, a los antepasados, a la experiencia, en definitiva, a la tierra. Sus raíces se pierden en la noche de los tiempos de todos los pueblos. Se trata de conocimientos que han heredado las sucesivas generaciones y surgen de la relación entre el ser humano y el entorno natural que le rodea. Pero nada de demonios, nada de satanismo. Ese matiz desequilibrante lo introduciría la Iglesia en aquella época quizás al ver amenazado su poder ante la influencia que estos brujos tenían sobre el pueblo llano. O quizás fuera aún mayor el interés político de Francia y España hacia ese valle estratégicamente situado.
La cuestión es que, de pronto, Satanás andaba suelto atemorizando a los buenos cristianos de aquellos pueblos. Y de la aceptación tradicional de la magia, se pasó al terror, a la brujomanía y a la persecución, a la caza de brujas. Cualquier mal en la familia o en las cosechas o incluso en el mar se atribuía a la intervención de los seguidores de la secta maléfica. Las sospechas enfrentaron a vecinos contra vecinos, hubo denuncias cruzadas, intentos de linchamiento, confesiones arrancadas bajo coacción o tortura... La epidemia se propagó con facilidad entre gentes analfabetas temerosas de la condenación eterna, pero tal vez más temerosas aún de los terribles castigos que en este mundo eran capaces de aplicar la justicia inquisitorial y su brazo secular, desde el deshonra pública hasta las galeras, desde el destierro hasta la hoguera.
La semilla del mal
Y si no había nada, ¿cómo empezó todo? Muy sencillo, con una simple semilla de cizaña oportunamente sembrada y bien abonada. Se cuenta en Zugarramurdi, que en diciembre de 1608, la joven María de Ximildegui llegó al pueblo desde Lapurdi, en la costa vasco-francesa. Charlando con unos y otros relató que durante su estancia en Ciburu -donde tuvo lugar junto al pueblo de San Juan Luz una de las más crueles cacerías de brujas llevadas a cabo en el reino de Francia a cargo de un fanático llamado Pierre de Lancre- había participado en un conventículo de brujas y que en sus asambleas en la playa asistía el demonio y bailaban y se divertían mucho.
Pero como en los años en que ejercía la brujería en Ciburu, María se acercaba a Zugarramurdi para participar en los aquelarres que allí se celebraban, sabía muy bien quiénes eran allí las brujas. Así que coaccionada, por rencor o simplemente por miedo, la chica terminó por denunciar a María de Yurreteguía, una muchacha del pueblo. Ésta, asustada también, confesó haber sido bruja desde pequeña y, a su vez, denunció a su tía María Chipía de haber sido su maestra e iniciadora en la brujería.
La mecha de acusaciones, injurias y sospechas entre vecinos estaba prendida. A todo esto, María de Yurreteguía empezó a contar que por las noches un grupo de brujas merodeaba por su casa. Una noche, devorados por el miedo, ella y su marido recurrieron a los vecinos para que acudiesen a protegerles. Se encerraron en la cocina, donde había lumbre y velas encendidas. Los vecinos habían colocado a María entre ellos y así esperaron a ver lo que pasaba. Aquella noche, en forma de gatos, perros y cerdos, se presentaron el demonio y sus brujos para llevarse a María consigo.
La situación en el pueblo empeoraba día a día y poco antes de terminar el año un grupo de vecinos alarmados decidió tomarse la justicia por su mano irrumpiendo en casa de los vecinos de quienes se sospechaba que eran brujos. Finalmente una docena de éstos confesaron sus maldades y descargaron sus conciencias en la iglesia de Zugarramurdi delante de sus paisanos. En Zugarramurdi prefirieron resolver sus problemas brujeriles mediante la reconciliación pública, así lo siguen creyendo hoy sus antepasados. Los culpables reconocieron su delito, pidieron perdón a todos y la causa se dio por terminada. Se les impuso penitencia y aparentemente los vecinos se reconciliaron. Pero aquello, lejos de concluir, no había hecho sino comenzar.
Si alguien no hubiera alertado a la Inquisición probablemente los habitantes de Zugarramurdi y Urdax habrían resuelto el problema de este modo admirable. Pero el Santo Oficio ya había sido avisado. A principios de 1609 Zugarramurdi y Urdax vivían bajo la jurisdicción eclesiástica del monasterio de Urdax. Para su abad, fray León de Araníbar, aquellas confesiones eran tan graves como oportunas, ya que había solicitado empleo como agente inquisitorial. Posiblemente fue quien dio el aviso a Logroño.
Tras su visita a la zona con una lista de sospechosos, los inquisidores Juan del Valle Alvarado y Alonso Becerra creyeron haber descubierto una secta de brujos y practicaron varias detenciones. En total, 53 personas permanecieron entre uno y dos años en las cárceles secretas de Logroño. El trabajo del tribunal culminó con el auto de fe de 1610, la quema de once personas que se negaron a confesar que fueran brujos y diversos castigos al resto, que sí confesó para salvarse.
Tras el auto, se generó tal histeria colectiva que el norte de Navarra se llenó de brujos y embrujados. Para frenar el revuelo, el escéptico inquisidor Alonso de Salazar y Frías, que también había firmado las condenas, viajó a la zona con los edictos de gracia y silencio. A los ocho meses volvió a Logroño con 1.802 confesiones de brujería y más de 5.000 inculpaciones más. Quedaban por delante tres años del mayor proceso de brujería que conoce la historia gracias al texto publicado por el impresor logroñés Juan de Mongastón. Paradójicamente, sería el trabajo exhaustivo de Salazar, considerado 'el abogado de las brujas', lo que terminó por disuadir a la Inquisición española, que dejó de condenar a falsos brujos un siglo antes que en el resto de Europa, donde miles de inocentes siguieron siendo quemados.
Inocentes, en cualquier caso, como María de Arburu (de 70 años), Graciana Xarra (76), María Baztán de Borda (68), María de Echatute (54), Domingo de Xubildegui (50) y Petri de Juangorena (36), que murieron en la hoguera en Logroño; inocentes como María de Zozaya (de 80), María de Echalecu (40), Estevanía de Petrisancena (37), Juanes de Echegui (68) y Juanes de Odia (60), quemados en efigie, pues ya habían muerto en prisión. Ardieron en un infierno muy terrenal a causa de otros demonios.
El pueblo de las brujas recuerda su historia con orgullo. Otros y no ellos son los que han de sentir vergüenza por los penosos sucesos ocurridos hace 400 años, cuando un desproporcionado proceso de la Inquisición contra la brujería culminó con once vecinos de Zugarramurdi y Urdax condenados a la hoguera en Logroño en 1610. Una sombra de terror demoniaco y otro temor mucho más concreto hacia la justicia religiosa se cernió sobre esta región de la muga navarra cuyo único delito fue haber conservado su apego espiritual a la naturaleza.

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