En las últimas semanas me ha ocurrido varias veces, tratar de comprar un periódico o revista y no encontrar un punto de venta. En el centro de Madrid o Barcelona, quizás no se note pero en otras ciudades y pueblos van desapareciendo los negocios de venta de periódicos y revistas.
Los periódicos y muchas revistas tienen grandes problemas, en ocasiones la mitad o más de sus ingresos procedían de la publicidad. Pero buena parte de esa publicidad se está trasladando a Internet. Y las malas noticias no vienen solas, disminuye el número de lectores de periódicos de papel a medida que un mayor número lee las noticias en Internet.
Y todo esto crea una dinámica destructiva, se venden menos periódicos y eso hace disminuir los puntos de venta. Con menos puntos de venta se venden menos periódicos y es más difícil tener un punto de venta cercano.
Así que no sabemos si desaparecerá la prensa de papel, pero es un negocio que tiene el viento de cara. El sector del papel está en un charco malo que comienza a oler mal. Aunque en algunos países en desarrollo ciertos formatos están creciendo, especialmente los gratuitos o semigratuitos, los sensacionalistas y ciertos periódicos.
Parece que este sector navega en medio de una gran tormenta. La cuestión es si hundirá a todas las empresas o una gran parte.
Este sector me recuerda las consignas de General Electric para sus negocios que no son líderes, segundos o tienen un gran futuro cercano: arreglar, vender o cerrar. Se impone actuar rápido.
