- Pero ha durado siete días… Mohamed VI no ha hecho mucho caso al Rey…
- El Sultán tiene que hacer que escucha a todo el mundo. Estos líos forman parte del precio y mercado del hachís. Si observas la situación de Melilla te das cuenta que es el punto clave para el gran tráfico. Desde las playas cercanas a la ciudad salen barcas y planeadoras que a mar abierto cargan los barcos que después descargan en neumáticas frente a Cataluña. Para grandes cargamentos, mil o dos mil kilos, es más barato y menos arriesgado que el Estrecho, el sur de España y el transporte por carretera. Y en pleno agosto con las discotecas a tope de porros no se puede apretar demasiado.
Comentaríamos sobre la cueva en la costa de Lloret, 1992, con raíles para la descarga, y ante la tele oiríamos que el Comité Nacional para la Liberación de Ceuta y Melilla… y que; “Estas asociaciones marroquíes están formadas por entidades civiles y partidos políticos de Nador, provincia limítrofe de Melilla, y sus militantes actúan especialmente en los puestos fronterizos entre la ciudad autónoma y Marruecos, sobre todo en el de Beni-Enzar, que es el más importante”.
- Utilizan esas asociaciones como aquí a los independentistas para calentar el ambiente, pero tú mismo con esos números que haces sobre millones de kilos o los que estamos en prisión, que si somos el diez por ciento de los que vivimos del tráfico puede que en Barcelona la plantilla sea de más de cincuenta mil personas. Por el momento a Marruecos le interesa que Melilla y Ceuta sean españolas, como no le interesa la legalización del hachís pues el kilo valdría lo de uno de tomates.
- Pero por lo que cuentas en las cárceles marroquíes también hay marroquíes y camioneros españoles por hachís.
- Es parte del juego, de eso que llaman la lucha contra la droga, y si tú vas allí y compras un kilo para ganarte cien mil pesetas, lo más seguro es que caigas en cualquiera de las dos fronteras.
Yo ya le habría contado lo de mis tíos que se quedaron a vivir en Larache tras la guerra del 21, o lo de que a las tropas españolas les repartían grifa para aliviar el hambre y los piojos. Conversaciones de celda. Recordando no solo las historias familiares sino el miedo de mi quinta de mili, 1961, tras los ataques marroquíes a Sidi Ifni, con fábulas urbanas sobre el fusilamiento de un barcelonés por dormirse en una guardia, decían el hijo de los dueños del colmado Simó en la calle Mayor de Gracia.