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Los alumnos de FP acaparan alguna carrera pero son barridos en 25

En 25 carreras no llegan al 7% de las plazas, el porcentaje mínimo del viejo modelo

Ni fue el apocalipsis, ni pasó desapercibido. El cambio en el sistema de acceso a la Universidad para los alumnos de bachillerato y de FP ha alterado de forma importante la composición, por origen, de los primeros cursos de muchas carreras. Pero las previsiones que vaticinaban una invasión de estudiantes de Formación Profesional (al acceder por primera vez sin cupos, con su nota media de expediente y sin hacer la selectividad) en perjuicio de los alumnos de bachiller, no se han cumplido.

O lo han hecho de forma irregular. Los jóvenes de la FP han alcanzado proporciones superiores al 60% en dos carreras de la Universitat de València (Finanzas y Contabilidad y Maestro Infantil). Pero desaparecen literalmente del mapa en otras seis. En Medicina, Periodismo, Traducción (modalidad de francés), Derecho más Ciencias Políticas, Derecho más Criminología, y Derecho más Administración y Dirección de Empresas, donde las notas de corte oscilan entre el 10 y el 12 y pico, no ha logrado entrar un solo estudiante proveniente de los ciclos superiores de FP. En otros 19 títulos de grado, con un peso inferior al 7%, su presencia es residual.

La alarma saltó en muchas facultades españolas en septiembre del año pasado. La que más en serio se lo tomó fue la Universitat de València. Algunos decanos y directores de centros calcularon que la FP se haría con el 78% de las plazas de Magisterio Infantil. O con el 65% de las plazas de Odontología, donde finalmente han quedado limitados al 17%.Hasta este año, la Formación Profesional tenía reservados cupos en las carreras que oscilaban entre el 7% y el 30% de las plazas. Las previsiones en la Universitat al levantarse esos límites eran tan crudas que sus dirigentes insistieron al Ministerio de Educación que estableciera algún filtro que impidiera que los alumnos de FP entraran en las facultades con la nota media del expediente mientras para los de bachillerato se mantenía la selectividad, una prueba niveladora que tiende a bajar la puntuación. El ministerio lo rechazó.

La Universitat decidió entonces establecer unos exámenes específicos para los estudiantes de Formación Profesional, basándose en que la nueva legislación permite a las facultades instaurar pruebas de acceso propias para los alumnos de nuevo ingreso. Los alumnos de FP se movilizaron. Educación advirtió a la Universitat de que esos exámenes serían discriminatorios, al estar dirigidos solo a una parte de los aspirantes. La Universitat lo aceptó y retiró las pruebas.

Algunos responsables académicos, como Óscar Barberá, director de la Escuela de Magisterio Ausiàs March de la Universitat de València, aguantaron la respiración. Al final, sus temores sobre la entrada de legiones de estudiantes de FP en su carrera más demandada (y una de las más demandadas del sistema valenciano), Magisterio Infantil, se han visto en buena parte cumplidas. Los chicos de los ciclos superiores no han acaparado el 78% de las plazas, pero sí el 63%.

Algo parecido ha ocurrido con el grado en Finanzas y Contabilidad, un nuevo título de la facultad de Economía que los estudiantes han relacionado con la diplomatura en Empresariales, desaparecida con la adaptación de las carreras al modelo de Bolonia, y que era (junto a Magisterio Infantil) la titulación predilecta de los estudiantes provenientes de FP, que el curso que viene ocuparán el 61% de las plazas.

En otras cuatro titulaciones (Podología, Educación Social, Ingeniería Multimedia y Electrónica Industrial) también serán más de la mitad del alumnado. En seis representarán entre el 30% y el 45%. En 10 grados, del 29,9% al 20%. En 11, entre el 19,9% y el 7%. Y en 25 carreras no alcanzarán ese último porcentaje.

Los cálculos no eran fáciles de afinar porque el cambio en el sistema de acceso a la Universidad ha sido doble. De un lado, eliminación de los cupos. Del otro, exámenes opcionales en la selectividad solo para subir nota. Gracias a ellos los estudiantes de bachillerato podían conseguir hasta 14 puntos (en lugar del tradicional 10). El techo para los de FP, en cambio, eran 12 puntos.

Una de las conclusiones de la preinscripción de junio es que los alumnos de Formación Profesional se han aprovechado de la desaparición de los cupos en algunas carreras, pero los han echado de menos en otras. Especialmente en aquellas donde las notas de corte se han disparado a cotas inalcanzables con sus expedientes.

El Ministerio de Educación analizará los datos definitivos a partir de septiembre, y podría establecer nuevos ajustes. Hará falta más tiempo para saber si, como teme el director de la Escuela de Magisterio de Valencia, el aumento de alumnos de FP hace crecer el fracaso y baja la media. En Educación no están muy de acuerdo con la previsión. Los alumnos de Formación Profesional, recuerdan, han hecho el bachillerato y, además, un título superior de dos años. IGNACIO ZAFRA

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