sponsor

Cambiar tamaño del texto


Sports

Tamaño del texto: 10 12 14 16 18

JOSÉ ACOSTA Y MATILDE FERNÁNEZ, SUS VALEDORES

Tomás Gómez se apoya en los guerristas para hacer frente a Zapatero.

Tomás Gómez se apoya en los guerristas para hacer frente a Zapatero

Tomás Gómez, Trinidad Jiménez y el antiguo secretario general del PSM, Rafael Simancas (EFE).

@Daniel Forcada.- 13/08/2010

El secretario general del Partido Socialista de Madrid, Tomás Gómez, ha vuelto a sus orígenes políticos sabedor de que en una “jaula de grillos” como la del PSM, históricamente envuelta en batallas y pleitos entre familias, hay que elegir muy conscientemente los apoyos con los que uno piensa huir hacia adelante. Y en su caso, esos apoyos tienen un nombre muy concreto, el de José Acosta, hombre poderoso del PSM durante lustros y líder de la corriente que lleva su apellido, los acostistas, integrada en el sector guerrista.

Con ellos, Gómez se ve con fuerza para mantener vivo el pulso interno contra el propio José Luis Rodríguez Zapatero. “Lo grave es que es una lucha de poder interno en la que no importa ganar la Comunidad de Madrid”, explica un dirigente histórico del PSM. “Lo grave es que Tomás está pensando en 2012, en la posibilidad de ser un barón cuando el PSOE tenga que elegir al sucesor de Zapatero”.

Pocos podrían vislumbrar ese juego de alianzas hace apenas tres años, cuando Tomás Gómez fue proclamado de forma abrumadora secretario general del partido. El hoy líder del PSM no tuvo adversarios porque el entonces hombre de Acosta, José Cepeda, no llegó a obtener siquiera los avales suficientes para llegar a plantarle cara en unas primarias. Su liderazgo nacía pues libre de ataduras hacia un sector al que, sin embargo, Gómez ha ido mimando cariñosamente durante su mandato como fórmula para evitar posibles rivalidades futuras. La historia no he hecho sino recolocar a Tomás Gómez en el mismo punto en el que inició su carrera política, en 1999.

Y es que, cuando el entonces desconocido Tomás se enfrentó a sus primeras primarias, las que determinarían el control de la agrupación socialista de Parla, su candidatura estaba alineada en la órbita acostista. Y su rival de entonces, Rosa Alcalá, en la corriente renovadora, la que durante años encabezó el ex presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina. Como alcalde de Parla, Gómez forjaría después su incipiente carrera política en la que, beneficiándose del desplome de Izquierda Unida, se convirtió en el alcalde más votado de España en las elecciones de 1999 y 2003.

Sin rastro de Simanquistas

Con esos avales se presentó Gómez un buen día del año 2007 en el despacho del entonces secretario de Organización del PSOE, José Blanco, para ofrecerse como relevo a Rafael Simancas. Porque la suya es, según apuntan fuentes del PSM enfrentadas a él, la historia de una “ambición de poder desmedida”. Un rasgo de su carácter que ha quedado de manifiesto estos días con su resistencia “numantina”, según la ha definido el propio Zapatero, a ceder el paso a otra candidata como Trinidad Jiménez, que, según las encuestas internas del PSOE, puede tener más posibilidades que él frente a Esperanza Aguirre.

Un rasgo de carácter maquiavélico, intrínseco al poder, que Gómez también desplegó cuando limpió de sus ejecutivas con todo rastro de simanquismo. En menos de un año, el tiempo que transcurre desde su proclamación como líder del PSM hasta el 11 Congreso Regional del PSM, “arrasa” con todo los afines a Simancas. Se vislumbra entonces el ascenso meteórico de los hombres de Acosta, a los que Gómez ha recompensado con jugosos puestos dentro y fuera del partido.

De hecho, el otrora rival José Cepeda es nombrado presidente del grupo parlamentario en la Asamblea de Madrid, un puesto de nueva creación que le permite entrar como miembro nato en la ejecutiva del PSM. Gómez recompensa también a otra acostista como Noelia Martínez nombrándola miembro de la ejecutiva y, después, también de la asamblea de Caja Madrid.


La “burrada” de Caja Madrid

Es precisamente el control por el poder de Caja Madrid donde mejor se aprecia la inclinación del líder del PSM por José Acosta. Gómez llegó a un inaudito acuerdo con Esperanza Aguirre para repartirse los puestos de la entidad. “una burrada”, según explican sus detractores dentro del PSM y por el que Espe colocaba a su fiel Ignacio González como presidente y, a cambio, Gómez metía al propio Acosta y otro hombre acostista como Javier Sánchez Carlos en la comisión de control de Caja Madrid.

“Se va cerrando así una potente red de influencias”, explican, cuyo penúltimo capítulo llega con la convocatoria “ilegal” del Comité Regional del pasado mes de mayo y que debería haberse celebrado después del Comité Federal del PSOE del 16 de junio. “Hasta entonces, Ferraz no había dicho nada y aprovechó ese silencio para demostrar el apoyo que tiene en el aparato del PSM, el 95%, y lanzar el mensaje de que es él quien va a hacer las listas como candidato y secretario general. Así era él el único que podía amedrentar a todo el mundo”, añade.

“Su única baza es la de jugar a ser David contra Goliat. ¿Pero quién ha conseguido las firmas en dos minutos de la mayor parte de los secretarios generales de las agrupaciones? ¿Quién está usando la sede del PSM a su antojo? La que es David en estas circunstancias es Trinidad”.

Por otro lado, Gómez ha recompensado a otra guerrista como Matilde Fernández con un escaño en el Senado, por lo que es comprensible que la ex ministra de Asuntos Sociales se declare ahora una “forofa” de Tomás. Y no hay que olvidar tampoco que ni Cepeda ni los antiguos guerristas y acostistas han terminado de tener nunca sintonía con José Blanco, el hombre de Ferraz que siempre ha planteado sus dudas sobre la idoneidad de Gómez. Del pulso en primarias entre Ferraz y el PSM, Gómez quiere situarse en línea de salida para el postzapaterismo. Los 17.900 militantes de Madrid tienen en su mano la respuesta.

Fashion