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Primer aniversario de la crisis del Gobierno


La economía sigue en números rojos y el paro continúa al alzadado.

Salgado: un año cercada por la crisis y a la espera de brotes verdes.

Han pasado 12 meses desde que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, confiara a su amigo José Blanco el ministerio con mayor presupuesto y que más quebraderos de cabeza le había provocado en los últimos meses. Su predecesora al frente de la cartera de Fomento, Magdalena Álvarez, dejaba una estela marcada por el caos y un reguero de disputas con la oposición.

Con este envoltorio recogió el nuevo ministro el testigo. Su designación, no obstante, también fue bastante controvertida. Blanco, fiel acompañante de Zapatero desde que éste se postulara para liderar el PSOE, ya había entrado en el baile de posibles ministrables en anteriores crisis de Gobierno, pero finalmente siempre se había quedado a las puertas. El presidente prefería mantenerle como hombre fuerte dentro del partido. De hecho, con Blanco como secretario de Organización del PSOE, los socialistas no conocieron la derrota electoral y en junio de 2008 Zapatero le ascendió a vicesecretario general, un puesto que nadie había ocupado desde Alfonso Guerra.

Diez meses después el presidente del Gobierno le premiaba con la cartera de Fomento. Sin estudios universitarios –no terminó Derecho– ni experiencia más allá de los cargos que ha desempeñado en el PSOE, el nombramiento de Blanco para un departamento tan técnico levantó muchas sospechas entre la oposición.

Pero frente a esa carencia académica y su carácter extremadamente político, a su favor contaba con el legado de Álvarez. Y es que lograr un rechazo tan unánime como el que consiguió la gestión de la ex ministra no era tarea fácil.

Desde el primer día el nuevo titular de Fomento fue disipando las dudas que giraban en torno a su figura. Ya en el traspaso de cartera Blanco dejó constancia de que también tenía el talante conciliador que este ministerio pedía a gritos. La mejor muestra fue que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a la que Álvarez, sobrepasando los límites del fair play, llegó a desear ver colgada de una catenaria, fue la primera dirigente autonómica con quien se reunió.

En este tiempo Blanco ha llevado adelante la reforma de la Ley de Puertos, ha inaugurado la Terminal 1 del aeropuerto de El Prat, ha cedido la gestión de las Cercanías catalanas a la Generalitat y ha presentado el nuevo modelo de AENA.

El mandato de Álvarez quedó sentenciado por la gran nevada que colapsó el aeropuerto de Barajas en enero de 2009. Fomento aprendió la lección y este año la respuesta a las inclemencias meteorológicas ha sido mucho más solvente.

Uno de los asuntos más conflictivos con que ha tenido que lidiar Blanco ha sido la quiebra de Air Comet, propiedad del presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. El Gobierno retiró la licencia de vuelo a la aerolínea al comienzo de las vacaciones de Navidad y tuvo que reubicar en otros aviones a los más de 4.600 pasajeros afectados.

Pero sin duda la decisión más mediática de Blanco ha sido el Real Decreto que aprobó el Consejo de Ministros en febrero por el que AENA pasará a manejar la organización del trabajo de los controladores aéreos, sus horarios y sus salarios, que sufrirán un recorte considerable.

Tras un año en el que la crisis ha mermado considerablemente las licitaciones, el presidente del Gobierno presentará este miércoles –inicialmente se preveía para finales de 2009– el Plan de Inversiones Extraordinarias en Infraestructuras, dotado con 15.000 millones de euros en dos años y que se centrará principalmente en el transporte ferroviario. Para su financiación Blanco apuesta por un sistema público-privado y para ello cuenta con el respaldo del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que aportaría hasta el 50% de los proyectos, y del Instituto de Crédito Oficial (ICO), que participará con un 20%. El 30% restante correrá a cargo de las grandes constructoras, que a su vez han pedido al Gobierno que les avale ante las entidades financieras.

Los esfuerzos en el ferrocarril también deberían materializarse en el Ave en este 2010, año en que el Gobierno prevé que España se convierta en el país con más kilómetros de Alta Velocidad. Valencia, Cuenca y Albacete esperan la llegada del Ave para los próximos meses. Galicia y la llamada Y vasca serán los retos prioritarios para el resto de la legislatura.

Entre las tareas pendientes Blanco tendrá que hacer frente a la reorientación del deficitario sistema de autopistas de peaje, encontrar la viabilidad de Correos y presentar un plan de austeridad para asumir el recorte planteado por el Gobierno de 1.760 millones de euros.

Blanco: un ministro en la pista de despegue hacia cotas más altas
“En cada oportunidad, nuestros peores temores han sido sobrepasados”, afirmó con gravedad el ministro de Finanzas irlandés, Brian Lenihan, ante el Parlamento de su país, para referirse a la calamitosa situación de sus bancos, que vuelven a requerir de la intervención de las arcas públicas para frenar la hemorragia de sus cuentas. “Los bancos han jugado a la ruleta rusa con los intereses de este país”, añadió. El ministro detalló en la Cámara las “horripilantes decisiones de crédito” que tomaron en los últimos años “y que costarán muy caro a los contribuyentes durante los años por venir”.

La cuestión es que ni el Gobierno ni sus ciudadanos ni los propios bancos parecen poder permitirse el andar con chiquitas a la hora de hacer frente al enorme agujero que padecen sus bancos, que, según el ministro, podrían llegar a los 32.000 millones de euros. En ese contexto, supuso un balón de oxígeno la decisión de esta semana de la Comisión Europea de dar luz verde a las ayudas de Irlanda a dos de sus bancos principales, por unos 13.000 millones de euros en total: más de 10.000 millones irán al nacionalizado Anglo Irish y casi otros 3.000 al INBS (Irish Nationwide Building Society).

Según el encargado de aprobar este tipo de ayudas desde Bruselas, el comisario español Joaquín Almunia, “no hay ninguna duda” de que ambas entidades tienen necesidades “imperiosas de recapitalización”. Sin embargo, la Comisión no quiere que estas ayudas vayan a fondo perdido, y Almunia exigió que ambas presenten planes de reestructuración en un plazo de dos a tres meses. Particularmente exigente se mostró con el nacionalizado banco Anglo Irish, al que exigió una “profunda reestructuración que afronte eficazmente las debilidades del viejo modelo de negocio y garantice un futuro sostenible sin ayudas permanentes del Estado”. Así, Bruselas investigará la utilización de los fondos públicos realizados por esta entidad (a los que hay que sumar los 4.000 millones de euros que recibió el pasado año).

Las prácticas kamikazes del Anglo Irish, el mayor banco del país, hicieron estallar con total intensidad la crisis financiera entre las entidades financieras irlandesas y obligaron a nacionalizar la compañía. Dos de sus directivos fueron arrestados el mes pasado acusados de fraude. Fte la Gaceta.

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