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Los vecinos de Valença renuncian a volver a cortar el puente internacional de Tui por la presencia policial

M. Torres

No hay tregua a la vista en la campaña promovida por los usuarios del centro de salud de la localidad lusa de Valença para conseguir que se restablezca el servicio de urgencias. Se suprimió definitivamente el domingo. Desde entonces decenas de personas se atrincheraron en las instalaciones para evitar el cierre. El lunes consiguieron bloquear la arteria principal de acceso de la eurorregión, cortando el paso en el puente internacional de Tui y ayer volvieron a la carga.

En la protesta de ayer estaba previsto repetir esa acción. Pero algunos vecinos se acercaron andando hacia el puente y, ante el fuerte despliegue de la Guardia Nacional Republicana (GNR), por el lado portugués, y de la Guardia Civil, por el español, desistieron de su acción. La GNR incluso había cortado el acceso peatonal al área de servicio. Según el presidente de los usuarios, paralizaron su acción «para evitar enfrentamientos de la población con la policía». Su alternativa fue desviar la caravana de coches por las carreteras portuguesas hasta el municipio también fronterizo de Monçao.

Hospital de campaña

Los manifestantes cuentan con el apoyo del gobierno local de Valença en sus reclamaciones. Ayer estaba previsto que se instalase, en las proximidades del centro de salud, un hospital de campaña improvisado para cubrir la atención sanitaria durante las 24 horas. Incluso se desplegó todo el material. Pero la Cruz Roja no instaló finalmente el hospital alegando que hacía falta una solicitud oficial del gobierno local de Valença, que hoy abordará el tema en el pleno.

Los usuarios avanzan que no cejarán en su protesta y recuerdan que hay 15.000 afectados. El cierre de urgencias les obliga a desplazarse veinte kilómetros hasta Monçao, donde desde el lunes se concentra este servicio, pero además, explican, si les derivan al hospital, tienen que volver a andar el camino para ir hasta Viana do Castelo, por lo que la distancia se incrementa hasta los setenta kilómetros. Los usuarios reclaman un servicio de proximidad y alertan, a mayores, de la dificultad en los desplazamientos. El propio Sindicato de los Enfermeros de Portugal, calificó ayer de grave error y de «aberración irracional» el cierre de las urgencias de Valença

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