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EL SUMARIO DEL 'CASO FAISÁN'

Un confidente apodado 'el Romano' es la coartada de la Policía en el 'chivatazo' a ETA.

Carlos Fonseca.- 14/04/2010

Un confidente apodado 'el Romano' es la coartada de la Policía en el 'chivatazo' a ETA

Baltasar Garzón a su salida de la Audiencia Nacional.

Conoce la verdad, pero resulta obvio que no va a testificar en un juzgado. Un misterioso confidente de ETA que habría dado importantes servicios en la lucha contra la banda terrorista es la coartada del jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamies, para negar su implicación en el ‘chivatazo’. Según su testimonio ante el juez Baltasar Garzón, instructor de la causa para esclarecer la filtración policial que el 4 de mayo de 2006 desbarató una operación contra la red de extorsión de la banda que tenía su sede en el bar El Faisán de Irún, el inhabitual e intenso cruce de llamadas que mantuvo la noche previa y la mañana de los hechos con varios subordinados tenía por objeto preparar una cita con dicho confidente en el sur de Francia. Dos funcionarios a sus órdenes que declararon como testigos corroboraron esta versión, imposible de contrastar.

Pamies asegura que el funcionario destinado en Vitoria José María B., imputado como él en la causa, no fue el hombre que entregó a José María Elosúa, propietario de El Faisán, un teléfono móvil, ni él la persona que le alertó a través del mismo de la operación policial en marcha, tal y como sostienen los investigadores. Su versión es que el mencionado policía viajó hasta Irún para darle cobertura en el encuentro que iba a tener con “el Romano” al otro lado de la frontera.

Baltasar Garzón.- ¿Cuándo quería hacer la entrevista?

Enrique Pamies.- La hora exacta no la sé. Sé que sería mediodía español, no francés.

Baltasar Garzón.- Entonces manda al funcionario José María B, ¿para qué?

Enrique Pamies.- Para que me haga la cobertura, asegurarme…

Baltasar Garzón.- ¿Qué sabía él? (se refiere al encuentro con el confidente)

Enrique Pamies.- Nada, tenía que darme cobertura sin más.

Baltasar Garzón.- Que significa ¿qué?

Enrique Pamies.- Decirme que el camino está limpio y después, una vez que pasáramos la frontera, tenía que ir por delante de mí.

(...)

Baltasar Garzón.- ¿Qué sentido tiene, desde un puesto directivo, tener una entrevista con un contacto para obtener información?

Enrique Pamies.- Porque los contactos, tal como a mí me han enseñado, no se traspasan como un piso. El contacto lo hace una persona y esa persona los mantiene. Es una norma. En Policía Judicial no lo sé, pero en Información le puedo garantizar que quien consigue un contacto lo mantiene él por sécula seculorum-

"Evidentemente, esa persona puede ratificar su versión", le preguntó Garzón. "Hombre, evidentemente que podría".

Dos estrechos colaboradores de Pamies, de quienes los investigadores sospechan que tuvieron una relación colateral con el ‘chivatazo’, declararon como testigos y corroboraron la coartada de su jefe ante Garzón, aunque no aportaron dato alguno que permita que la misma sea contrastada. Reclamar su presencia en el juzgado es un ejercicio imposible por razones de seguridad. Resulta curioso, sin embargo, que Manuel R., el jefe de la Brigada Provincial de San Sebastián, declarara ante el magistrado que ni estaba al tanto del contacto de su superior ni supo del traslado de José María B. a Irún.

Quienes sí lo sabían eran los dos testigos que avalan la versión de Pamies. Uno de ellos es el jefe de la Brigada de Información de Vitoria, que fue quien eligió a José María B. para dicha misión. “Vamos a ver D. Baltasar –dice en un momento de su declaración-, si a mí el jefe superior me pide un hombre de confianza para una cosa, yo sé que algo importante tiene que haber”. El testigo dice que él era el hombre de confianza de Pamies para temas delicados, pero que nunca pregunta de qué se trata y se limita a cumplir órdenes y a acompañar al jefe superior. En aquellas fechas, 3-4 de mayo de 2006, se encontraba de vacaciones en Granada y propuso a José María B. para que acudiera en su lugar.

Baltasar Garzón.- ¿Habló en algún momento con el jefe superior sobre la misión que había ido a hacer José María B.?

Jefe de Información de Vitoria.- Pues con el tiempo sí, hablamos. Era una cosa delicada que yo, si usted me permite, no puedo hablar de ese tema.

Baltasar Garzón.- Bueno, tiene obligación.

Jefe de Información de Vitoria.- Es de una persona que él tiene…

Baltasar Garzón.- ¿Un confidente?

Jefe de Información de Vitoria.-

Baltasar Garzón.- ¿Y qué es lo que le dijo?

Jefe de Información de Vitoria.- Que tenía que hacer un tema al otro lado. Yo no pregunté nada más, porque nunca pregunto.

La insistencia de Garzón obligó finalmente al funcionario de policía a reconocer que Pamies le manifestó que la misión estaba relacionado con un confidente suyo al que apodan “el Romano”, pero que no sabe “si era para entrevistarse con él, para ubicarlo, reubicarlo (…) yo no quiero saber nada más de eso, ni cómo se llama, ni donde va, ni cómo viene, ni cómo vive”.

El segundo testigo es el comisario Alberto L., que en aquellas fechas estaba destinado en Francia como enlace con la policía de aquel país, a quien los informes de los investigadores de la filtración señalan como la persona que contribuyó a que la operación policial se abortara también en el país vecino. El comisario justifica el cruce de llamadas con Enrique Pamies “por un tema operativo, un tema bastante reservado”, que era el contacto con “el Romano”. “Es un confidente muy importante, ha dado muy buenos servicios, pero yo no lo conozco personalmente”.

Baltasar Garzón.- ¿Es un miembro activo de ETA?

Alberto L.- Pues hombre, ahora mismo, activo, activo, estamos intentando que se active más. Él (por Pamies) era quien mantenía las citas personalmente. Si envió a alguien lo desconozco (se refiere a José María B.), yo lo único que le facilitaba era el estado del tema de los controles, pues claro, ese confidente se tenía con mover. Esa es la única colaboración que me limitada a hacer (…) Algunos policías franceses también conocían la existencia de ese confidente”.

El testimonio de Alberto L. de que sus conversaciones con Pamies versaban sobre el confidente, llevó a Garzón a dudar de la casualidad de que se produjeran, justamente, coincidiendo con el ‘chivatazo’. “Usted me dice que es en relación con un confidente. Confidente que aparece por arte de magia en un momento determinado, y es exactamente ese día (el del ‘chivatazo’) el elegido para la reunión con él”. Pamies, sin embargo, no recuerda de qué habló con su subordinado. "Es que no lo sé, no lo sé, no le puedo decir, no sé de qué coño hablamos". El fiscal, en cambio, ha dado plena credibilidad a ambos testigos y, en consecuencia, solicita el archivo de la causa.

Pamies tiene claras las conversaciones con sus funcionarios, pero no tanto las que mantuvo en las mismas fechas con el director general de la Policía, Víctor García Hidalgo. Éste, ni siquiera recuerda si llegaron a hablar. Memoria selectiva.

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