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gallegos sin trabajo 283 parados cada día, 283 dramas

Los psicólogos alertan de que el desempleo no solo tiene un coste económico: provoca ansiedad, problemas de sueño y fobias sociales

Cada día del mes de enero se fueron al paro 283 gallegos. Es decir, se produjeron 283 dramas personales, de ciudadanos que de un día para otro se vieron en la calle, con todos sus planes vitales cercenados. En algún caso, se trata de profesionales que ya veían venir la crisis y a los que el despido no les cogió por sorpresa. En otros, la búsqueda de empleo se ha convertido en un nuevo puesto de trabajo.

Esos 231.000 dramas personales que hay contabilizados en la comunidad autónoma de Galicia tienen un coste que trasciende al problema económico. La psicóloga clínica Ana Méndez está notando en su consulta el impacto de este deterioro del mercado laboral. «Se incrementan los procesos de ansiedad, las patologías relacionadas con el sueño y las fobias de carácter social: muchos parados prefieren quedarse en casa que salir a tomar algo con los amigos, para evitar conversaciones en las que se traten temas laborales o algo que ahora está tan de moda como hablar de la crisis», explica esta profesional.

«El trabajo -continúa- vincula al individuo a un entorno social. Perderlo puede provocar un desarraigo, y este puede derivar en sentimiento de soledad». Su recomendación es que ese mundo perdido se sustituya por otro: «Es bueno acudir a cursos del paro, aunque solo sea para recuperar en parte ese rol social perdido, que en cualquier caso siempre será más difícil de asumir, porque siempre se espera que sea algo temporal y porque probablemente el individuo se sienta mucho menos unido a ese grupo».

Vidas desorganizadas

Por otro lado, pese a que el paro si algo proporciona es tiempo, paradójicamente lo que suele hacer es «desorganizar la vida», explica Ana Méndez.

«El trabajo proporciona una vida ordenada alrededor de unos días de la semana y un horario diario. El desempleado suele sentirse desorientado, desorganizado, y justo en el momento en el que necesita ser más eficaz para encontrar otro empleo». «En el fondo, el parado se encuentra solo, porque se ve obligado a resolver por su cuenta un problema que en la mayor parte de los casos no ha creado», explica.

Todos estos síntomas, explica la psicóloga, se agravan conforme se alarga el período en el que el individuo permanece en situación de desempleo. «El cuerpo tiene una capacidad de resistencia de la tensión psicológica. Si se supera, puede dar lugar a respuestas psicosomáticas». Fte. Voz Galicia.

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