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Desde el periodismo también se sirve a la verguenza nacional del PSOE, vean el caso de un señor que se dice periodista cuyo nombre debía ser adoctrinamiento y mediocridad al servicio de su causa.

Enric Sopena.

Denuncia una persecución inquisitorial de la derecha


Sopena arropa a Garzón: "¡Pero qué carajo de justicia es ésta!"

Acusa al PP de querer salvarse de Gürtel liquidando al juez estrella


Enric Sopena ha salido en tromba a defender al juez estrella. Acusa al "pintoresco" juez Luciano Varela de haber permitido "a los falangistas" que se personaran como acusación en el proceso contra el juez Garzón. El director de El Plural arremete contra la derechona: "¡Pero qué carajo de justicia es ésta que persigue a un juez que combate crímenes y corrupciones!".

Clamor en El Plural: La extrema derecha persigue a Garzón. Un juez "valiente" como le ha defendido Zapatero perseguido de forma inquisitorial por Falange Española, el Sindicato Manos Limpias y el Partido Popular con Federico Trillo maniobrando en la sombra. -¡Pero qué carajo de justicia es ésta que persigue a un juez que combate crímenes y corrupciones-.

  • ¿Qué carajo de justicia es ésta que, en lugar de apoyar al juez y a los fiscales que exigen investigar crímenes, da carta blanca a parte de los criminales o de sus herederos? ¿Qué carajo de periodismo es éste que se pliega con entusiasmo a las estrategias genovesas? ¿Cómo es posible que unos jueces -si no es por su ideología ultramontana- otorguen más crédito a los verdugos que a los que defienden a las víctimas, en su mayoría sepultadas como si fueran animales.

A Sopena le molesta que unos querellantes casposos -los abogados Antonio Panea y José Luis Mazón- sienten en el banquillo a este 'campeón de la justicia' cuando lo cierto es que Garzón podría haber incurrido en un delito de prevaricación por extralimitarse en su investigación sobre determinadas víctimas del franquismo al aplicar a su manera la mal llamada memoria histórica.

También tendrá que aclarar -aunque esto haga perder los papeles al director de El Plural- su ya célebre "Querido Emilio" con el que comenzó la carta en la que pedía a Botín un total de 302.000 dólares (unos 260.000 euros) para sus cursos en Nueva York en 2005 y 2006. Más escandaloso resulta saber que meses después no admitió a trámite una querella contra el banquero.

Por último, tendrá que explicar por qué ordenó intervenir las comunicaciones en prisión entre varios imputados en el "caso Gürtel" y sus abogados.

Si Sopena pensara de forma objetiva, entendería que el famoso juez está sujeto a la ley lo mismo que los demás, aunque algunos titiriteros quieran otorgarle patente de corso, tanto sea para dar carpetazo al Faisán como para agitar el caso Gürtel, según recomiende la jugada, como sentenció ese otro ministro amigo del juez y cazador caído en desgracia. PD

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